500 años del viaje imposible

Agencias-J.Villahizán (SPC)
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Magallanes descubrió hace cinco siglos para la Corona española el paso del Pacífico, un estrecho que fue decisivo para circunnavegar el planeta

500 años del viaje imposible

El objetivo era nítido y meridiano: alcanzar las Indias y completar la circunnavegación del planeta. La Corona española tenía claro en el siglo XVI que quería evitar la ruta portuguesa del Este y eludir la costa africana y el cabo de Buena Esperanza para alcanzar las islas de las especies, así que la única opción era dirigirse al Oeste y buscar un paso entre el Atlántico y el Pacífico. 

Primero lo intentó Cristóbal Colón en 1492, pero en lugar de alcanzar Asia arribó a las costas americanas. Y casi 30 años después la expedición formada por el navegante luso Fernando de Magallanes y el español Juan Sebastián Elcano logró conectar los dos océanos, alcanzar las islas del Pacífico y demostrar que la Tierra era redonda. El gran éxito de esa operación tuvo lugar hace cinco siglos, cuando Magallanes encontró un camino marítimo para rodear América en su punto más austral.

El 21 de octubre de 1520, la expedición que Magallanes lideró para la Corona de España encontró la boca oriental del estrecho que hoy lleva su nombre, un laberinto de fiordos y pequeñas islas, que desemboca en el Pacífico y que permitió completar la primera vuelta marítima del planeta.

La travesía comenzó un año antes, el 20 de septiembre de 1519, en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, con cinco barcos y más de 270 hombres en busca de una ruta comercial que a través del Atlántico llegara a las islas Molucas, algo que solo fue posible gracias al descubrimiento del estrecho de Magallanes.

«En algún autor he leído que esta navegación fue la navegación de lo imposible y analizándolo fríamente parece imposible que esto haya pasado», reflexiona Teodoro López Calderón, jefe de Estado Mayor de la Armada española.

De las cinco naves que partieron de España, solo quedaban cuatro cuando la expedición encontró la ruta de entrada al estrecho de Magallanes, al que se adentraron sin saber si tendría una abertura hacia el que Núñez de Balboa había bautizado como mar del Sur. 

Durante más de un mes navegaron sus canales y realizaron varias exploraciones en busca de una salida, una tarea titánica dadas las múltiples alternativas que plantea el lugar y el precario equipamiento con el que contaban.

Fueron un total de 38 días de lucha constante contra el desánimo, los motines y la deserción, las inclemencias del tiempo, los vientos y las fuertes corrientes de los canales.

«El estrecho es muy difícil de navegar. Resulta asombroso que exploraran sus muchas entradas sin conocer los fondos marinos, sin poder predecir la meteorología, entre fuertes vientos polares e intensas mareas», explica López Calderón.

Magallanes encomendó una de esas expediciones al teniente Roldán de Argote, quien junto a otros tres hombres a bordo de una pequeña embarcación se adentró por lo que hoy se conoce como el paso Tortuoso, donde tomó tierra para subir a lo alto de un cerro desde el que vislumbró el paso interoceánico.

Al salir del estrecho, Magallanes se encontró con un mar en calma y lo llamó Pacífico. Empezó ahí una larga travesía en busca de las Molucas que el marino portugués no pudo completar al caer muerto en batalla en lo que hoy es Filipinas.

En su relevo, el español Juan Sebastián Elcano lideró la expedición hasta regresar a España el 8 de septiembre de 1522, junto a otros 17 hombres, culminando la que es considerada como la mayor hazaña marítima de la Historia.

«Se ha comparado esto con la llegada del hombre a la Luna, pero el hombre fue a la Luna sabiendo dónde estaba, la distancia que había hasta el satélite y con medios técnicos planeados. Tenía mucho riesgo, no le quitamos valor, pero la expedición de Magallanes salió sin saber absolutamente nada de lo que se iban a encontrar y esa incertidumbre le da un valor extraordinario», acentúa López Calderón.

Hace 500 años, España era la potencia mundial en navegación y, con la llegada de Magallanes al sur del continente Americano, su poder se triplicó.

Incluso hoy en día atravesar el estrecho de Magallanes requiere un elevado nivel de destreza y preparación, y eso a pesar de los importantes avances técnicos y de comunicación. «Los barcos, a pesar de que tienen una situación exacta con el GPS y de que la cartografía está perfectamente terminada, necesitan de un práctico para atravesarlo, debido a los vientos y las corrientes que allí se concentran», concluye López Calderón.