Un propósito de nuevo año a prueba de pandemia

M. Espadas
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La nueva variante Ómicron, que sí se dejó notar en el mes diciembre, no impide que los gimnasios de Ciudad Real den la bienvenida a 2022 con razones para el optimismo

Un propósito de nuevo año a prueba de pandemia - Foto: Tomás Fernández de Moya

Los comienzos de año son muy propicios para plantearse buenos propósitos. Leer más, viajar, quedar más con los amigos, dejar de fumar, utilizar menos el móvil... Pero, sin duda, el más recurrente es el de hacer más ejercicio y cuidarse físicamente. Los diferentes gimnasios y centros deportivos de Ciudad Real están experimentando durante estos primeros días de enero un incremento muy significativo de personas que llaman para preguntar detalles de los servicios que ofrecen, que se debería traducir en un aumento importante de matrículas en la segunda quincena o ya para empezar en febrero. Los kilos de más cogidos en navidades y la cercanía en el calendario del periodo vacacional de Semana Santa, o incluso el verano, empujan a los ciudadrealeños a plantearse seriamente empezar a hacer deporte en sus instalaciones, pese a los condicionantes de la situación sanitaria. Unos llegarán a dar el paso definitivo de pagar su matrícula, de éstos un buen número apenas aguantará un par de meses, pero siempre quedará ese grupo de 'elegidos' que terminará incorporando el ejercicio a su rutina diaria, para beneficio de su aspecto físico y, sobre todo, de su salud.

Ésta es la secuencia que experimentan todos los años los centros de entrenamientos de la capital, principalmente los gimnasios al uso, donde el número de usuarios es más fluctuante. Los meses de enero y febrero son en los que mayor número de altas se reciben, hasta un 30%, según estima Noelia Martín, directora del Centro Deportivo Muévete. «Se suma que la gente ha hecho excesos en Navidad y que empieza la conocida como 'operación bikini'». Son muchos los jóvenes estudiantes que están llamando ahora para preguntar tarifas, con la intención de empezar en febrero.

Otro perfil, como las personas de más edad, son más fieles durante todo el año. Martín destaca que, afortunadamente, la sexta ola sólo se tradujo en un descenso de asistencia en diciembre, por lo que mira con optimismo hacia el futuro. «La gente empieza a normalizar lo de la nueva variante y se ha decidido a seguir adelante con sus rutinas. Además, saben que somos un espacio seguro, amplio y bien ventilado», explica la responsable de Muévete, que en la actualidad cuenta con unos 400 socios.

Un propósito de nuevo año a prueba de pandemiaUn propósito de nuevo año a prueba de pandemia - Foto: Tomás Fernández de MoyaEl mismo comienzo de año está experimentando Attica Fitness Club, el gimnasio más veterano de Ciudad Real, con más de 26 años de antigüedad y ubicado al final de la calle Pedrera Baja. Atrás queda una época muy complicada, en la que el cierre obligado por el estado de alarma provocó que muchos usuarios cambiaran de rutina y no volvieran a los gimnasios cuando estos pudieron reabrir sus puertas. Pero su director gerente, Fran Ruiz, es optimista al mirar al presente y al futuro: «No nos podemos quejar. Hemos aguantado hasta llegar aquí y creo que la gente ya está intentando hacer su vida normal pese a la nueva ola de contagios. En diciembre dejaron de venir algunos clientes de un perfil de más edad, pero confío en que vuelvan ahora. La gente cada vez está más concienciada de la importancia de cuidarse».

Clientes más fijos. Sin embargo, para los centros deportivos más específicos, con preparadores personales, enero no supone un incremento sustancial de una clientela que, además de ser más reducida, es más fija. Ni esta contagiosa sexta ola ha podido con su funcionamiento diario. «La gente está normalizando la convivencia con la variante Ómicron. Las tres semanas de Navidad fueron un poco atípicas, pero ahora el número de usuarios vuelve a ser normal», afirma Álvaro Toledano, responsable de Fitplus Center, en Miguelturra, que se muestra «moderadamente optimista» ante este 2022, hasta el punto que se plantea ampliar el negocio después de cuatro años de funcionamiento. «Si hemos aguantado en 'invierno', por qué no vamos a mirar con ilusión a la 'primavera'», afirma metafóricamente.

Diez años lleva abierto en la calle Alcántara Manhattan Fit Ciudad Real, que acaba de ampliar sus servicios con una nueva marca en plena expansión internacional, Brolklyn Fitboxing. En total son más de 400 socios y su responsable, Nuria García, explica que, aunque en enero siempre hay más movimiento de personas que se interesan por sus servicios, «este pico cada vez se nota menos, es menos estacional, porque poco a poco estamos consiguiendo que la gente incorpore el deporte a su rutina durante todo el año». La variante Ómicron sí se ha hecho notar en diciembre, «con muchas ausencias de personas que, o se habían contagiado, o fueron comedidas para no correr riesgo de contagio de cara a las reuniones familiares», aunque con el arranque de año la clientela ha vuelto a sus instalaciones con decisión, para empezar un primer trimestre que «siempre es el más fuerte» en cuanto a actividad en estos dos centros de entrenamiento.

Después de un periodo de mucha incertidumbre y muchos gastos para adaptar sus instalaciones a la nueva situación sanitaria, los gimnasios de Ciudad Real dan la bienvenida a 2022 con optimismo, convencidos de que la cada vez más asentada cultura deportiva de los ciudadrealeños le volverá a ganar la partida a la pandemia.