La Universidad de Castilla-La Mancha ha desarrollado unas normas específicas para el periodo de exámenes que comenzó el pasado lunes con el objetivo de garantizar la presencialidad en el desarrollo de las pruebas. Se trata de un protocolo mediante el que basta que el alumno notifique el positivo o tener síntomas que puedan ser compatibles con la enfermedad para que pueda faltar al examen y que se le repita cuando pase la cuarentena o dé negativo en un test. Para ello, desde la Universidad regional se ha optado por retrasar una semana el cierre de actas, el momento en que los departamentos deben hacer públicas las notas, del 10 al 16 de febrero, con el objetivo de que esos posibles retrasos en los exámenes no sean un impedimento para la presencialidad.
«Todos los exámenes serán presenciales y si hay un estudiante positivo tiene que notificarlo al equipo COVID», explicó el vicerrector de Ciencias de la Salud de la UCLM, Alino Martínez. En el protocolo publicado por la Universidad regional se indica de forma específica a los estudiantes que no acudan al centro con síntomas, ni si cuentan con una prueba positiva. «Si fuese así, contáctanos y nosotros justificaremos tu ausencia al coordinador de tu centro», se explica en el protocolo, donde se recuerda que puede pasar un tiempo hasta que reciban respuesta, ya que puede haber «un gran volumen de casos».
Desde la UCLM, como ha hecho la Conferencia de Rectores, se insta a rellenar una declaración jurada, indicando que ha dado positivo en un test de antígeno realizado en casa, de los que se pueden adquirir en farmacia, y en el que se advierte de posibles medidas disciplinarias de declarar en falso. Martínez reconoce que hay una situación que puede conllevar picaresca por los estudiantes, para hacer el examen días después, pero «en un porcentaje altísimo de casos los que declaran estar enfermos es cierto». Hay que tener en cuenta que la UCLM señala a los alumnos que un falso positivo puede implicar hasta 600.000 euros de sanción al estudiante que falsee estos datos.
Hay que tener en cuenta que la UCLM no es ajena a la situación pandémica de Castilla-La Mancha y los datos señalan que al iniciarse el periodo vacacional, hasta el 26 de diciembre, se produjo una incidencia acumulada en la población universitaria de 675,35 casos por cada 100.000 personas, según los datos del estudio que cada dos semanas realiza el Vicerrectorado de Alino. Se trata del mayor dato hasta la fecha, superando a la tercera ola, aunque el informe apunta que no ha habido brotes y se trata de contagios ocurridos fuera del aula.