Voces que salvan

Nieves Sánchez
-

Entrevista con el ciudadrealeño Javier Pérez Campos, escritor y periodista de 'Cuarto Milenio'.

Javier Pérez Campos, escritor. - Foto: Alejandro Sánchez

En su nuevo libro, Los guardianes, Javier Pérez Campos (Ciudad Real, 1989) ahonda en el fenómeno de las apariciones que salvan vidas, con un capítulo dedicado a la N-430. El autor de En busca de lo imposible, Los ecos de la tragedia y Los otros revela su interés «obsesivo» por los misterios que esconde la vida.

¿Cuándo inició la búsqueda de los guardianes?

Empecé hace tres años durante unas vacaciones en Nueva York. Visité el Memorial del 11 de septiembre, una especie de museo del horror donde se encuentran en una sala las fotografías de los que perecieron en las Torres Gemelas, y yo recuerdo la historia de un hombre que salió en algunos medios diciendo que había salido vivo gracias a una voz misteriosa que lo había guiado dándole una oportunidad. A partir de ahí consideré que tenía que hablar con esa persona, buscar casos similares y profundizar en un misterio que es el de las apariciones que salvan vidas.

¿Tanto hay oculto a nuestro alrededor?

Hay muchas historias que desconocemos y que sólo hay que preguntar a los testigos para entenderlas. Por ejemplo, en el 11 de septiembre de 2001 los periodistas se centraron en los datos concretos y las consecuencias geopolíticas pero poca gente preguntó a los supervivientes. Años después se ha demostrado que muchos de ellos sintieron extrañas sensaciones premonitorias y voces que salvaron a mucha gente. La vida es un misterio constante.

¿Hasta qué punto le obsesionan estas historias?

Yo soy bastante obsesivo. En el libro cuento mi particular búsqueda de un testigo a lo largo de un año entero. Cuando me intereso por algo lo hago de una forma intensa. Noches sin dormir, sueños recurrentes, una fascinación constante por descubrir. Es bonito que te fascines y te intereses por una historia, ajenas a las noticias con las que nos bombardean día a día.

¿Cómo se desarrolla el trabajo periodístico en un plano en el que se mezcla la realidad y el más allá?

El periodismo de misterio tiene siempre la lupa encima porque hablamos de cosas que la ciencia es incapaz de explicar y de demostrar, aunque eso no significa que no se esté investigando. Por eso lo que yo hago es hablar con el testigo, acudo a las fuentes que son: publicaciones, investigadores y expertos, como neurólogos, o estudios de universidades como la de Israel, que aparece en este libro. Busco de alguna manera mostrar las diferentes posibilidades para que al final el lector crea lo que él quiera y saque nuevas conclusiones.

En su libro dedica un capítulo a la N-430, la carretera de la muerte ¿Ha encontrado guardianes allí?

Dos personas muy cercanas a mí me contaron que una noche volviendo de Mérida a las dos de la madrugada, entre la Puebla y Luciana, vieron una especie de sombras entre los árboles que parecían esconderse y asomarse y les impresionaron. Contamos la historia en el programa de Íker Jiménez en Youtube y empezamos a recibir un aluvión de testimonios de vecinos de la zona, que habían vivido encuentros con gente que les habían hecho un gesto con la mano para que aminorarán y después se desvanecían. Me parecía muy interesante contarla por el propio misterio y porque soy de Ciudad Real y considero que el hecho de trasladarla es una forma de que millones de personas conozcan el drama que viven los vecinos de esta carretera y hacer un llamamiento a que se haga algo.

¿Ha tenido algún alguna vez alguna aparición de este tipo?

No, pero he sentido pálpitos que he decidido interpretar y me han llevado al sueño que yo tenía desde niño. Tengo la fortuna de trabajar en Cuarto Milenio, con Íker Jiménez, al que admiro, y publicar libros y es lo que siempre quise y es fruto de mucho esfuerzo, pero también de obedecer a determinadas señales.

¿En qué misterios está ahora trabajando?

Sigo profundizando en el fenómeno de las apariciones de manera multidisciplinar. Quedan muchas historias que contar y quiero que Ciudad Real aparezca en mis libros, porque es de donde soy y donde tengo a mi familia.