Como 'pez' en la banda

Eduardo Gómez
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La tomellosera Alicia Gamero Fuentes ejerce ahora como asistente de fútbol tras destacar en natación

Alicia Gamero Fuentes, en el partido del pasado domingo entre Manchego y La Solana. - Foto: Rueda Villaverde

Alicia Gamero se va abriendo poco a poco un hueco en el complicado mundo del arbitraje. La tomellosera ya está participando en algunos partidos como asistente de Tercera División, pero es que mucho antes ya brilló en natación, primero con el CN Tomelloso y después con el CN Alarcos. Con cuatro años comenzó a nadar, poco a poco fue logrando medallas en Campeonatos Provinciales y Regionales y con 11 años ya quedó entre las diez primeras en un Campeonato de España de su categoría. 

Hasta los 17 se convirtió en una habitual de los Nacionales, disputando varias finales y en categoría máster logró varias medallas nacionales, «disfrutando de la natación de una forma diferente». 

Al no encontrar objetivos alcanzables tras muchos años de dedicación y duros entrenamientos, Alicia Gamero optó por aparcar la natación, pero no el deporte. «La natación me ha permitido crecer como persona y deportista», resume.

Apasionada del deporte, cuando en el verano de 2018 vio que se impartía un curso de arbitraje de fútbol no lo dudó. «Al principio mi familia me dijo que estaba loca, que dónde iba, que era un mundo de hombres y que lo iba a pasar mal con tanto insulto. Ahora ellos han visto que este mundo no es lo que parece, ven que disfruto y son los primeros que me animan a seguir luchando por mis objetivos», relata.

Así, comenzó a estudiarse el reglamento, a acudir a los partidos de los compañeros para aprender y solucionar dudas «y ahí empecé a ver el arbitraje de otra manera», opina.

Desde la banda asegura que en estos tres años que lleva en el arbitraje «nunca he escuchado un comentario machista hacia mí. En el Comité Técnico de Árbitros siempre me han tratado como una más y en todos los partidos en los que he estado, tanto los clubes como jugadores siempre he sentido el mismo trato que hacia mis compañeros. Soy una más».

De carácter tímido e introvertido, confiesa que se transforma en el terreno de juego. «Cuando empieza el partido tengo que estar concentrada, activa y mantener una tranquilidad que me ayude a tomar las decisiones correctas en el momento adecuado. Ayudarnos unos a otros es algo que ha hecho que esto cada vez me guste más».

A sus 25 años, se está preparando también unas oposiciones de Magisterio, por lo que tiene que organizar bien su tiempo. 

Su caso es un claro ejemplo del incremento de la presencia femenina en el Comité Técnico de Árbitros, que cuenta con cerca de veinte chicas y que a su juicio «está haciendo un gran trabajo a la hora de formarnos y animarnos a seguir adelante». Dos ejemplos de ello son la conquense Raquel Díaz Rodríguez y la albaceteña Elena Martínez Moreno, ahora en la máxima categoría. 

Otra de sus referentes es la ciudadrealeña Marisa Villa, pionera en el arbitraje español y ahora integrante de la Comisión Técnica del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española de Fútbol. «Lo que consiguió como árbitra y sigue logrando ahora para el arbitraje femenino es de admirar y agradecer», apunta. 

Ella, con humildad, no se considera «un ejemplo» para otras niñas pero sí anima a los más pequeños «a que practiquen cualquier deporte, disfruten con ello y trabajen por sus objetivos». 

De momento, está convocada al curso de ascenso a categoría nacional del Comité Técnico de Árbitros de Castilla-La Mancha. Otro paso más para continuar creciendo y seguir derribando barreras y tópicos a través del deporte.