El inmortal Da Vinci

Carla Riverola (Efe)
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Las vivencias del maestro del renacimiento italiano regresan a la primera línea de la actualidad de la mano de un documental que reivindica la contemporaneidad de sus proféticos inventos

El inmortal Da Vinci - Foto: ETTORE FERRARI

Murió hace 500 años pero el legado de Leonardo da Vinci (1452-1519) está hoy más vivo que nunca. Siempre reacio a desaparecer de la actualidad, la herencia del genio del renacimiento regresa a la actualidad de la mano de Leonardo Cinquecento, un documental que pone en valor la contemporaneidad de las visionarias ideas del maestro italiano.

Con una sencilla estructura narrativa, la película compara los códices en los que Da Vinci plasmaba sus proyectos con los ejemplos de aplicaciones de hoy en día que beben de sus observaciones, introduciendo también las voces de historiadores del arte, arquitectos, ingenieros o neurocientíficos.

Y es que, la clave del documental es precisamente la referencia constante al presente, vinculando los estudios y las creaciones del maestro italiano, incluso las que no tuvieron éxito, como la construcción de alas de planeador para hacer volar al hombre, a los logros prácticos actuales.

El inmortal Da VinciEl inmortal Da Vinci«Esto es justo lo que queríamos contar: cómo, 450 años después de la muerte de Leonardo, logramos, por ejemplo, llegar a la Luna», destacó el director de la cinta, Francesco Invernizzi, en su presentación en la Asociación de Prensa Extranjera de Roma. «Lo que era una intuición de volar, de observar el cielo, nos ha llevado a los confines del planeta, a aterrizar sobre un satélite», añadió Invernizzi.

La película, de la productora italiana Magnitudo Film y la europea Chili, se proyectó en los cines del país transalpino el pasado febrero, y llegará también a las salas españolas los próximos 6 y 7 de mayo, además de estar presente en el Festival Internacional de Cinema de Barcelona-Sant Jordi entre el 22 y el 30 de abril.

Leonardo Cinquecento trata de repasar las intuiciones del artista del Renacimiento por excelencia y explicar su fruto, un «homenaje», según su director, «muy diferente» a todos los que se verán este 2019 en el 500 aniversario de su muerte.

El documental aborda la inmensa herencia de Da Vinci en los campos más amplios y transversales del conocimiento, como la ingeniería militar y civil, la planificación urbana, la observación de la naturaleza, las disciplinas artísticas o la anatomía humana.

Así, por ejemplo, el espectador conoce que hace cinco siglos ya planificó la ciudad ideal, que imaginó con edificios altos y calles subterráneas cuando ni siquiera se había inventado la excavadora. Una fisonomía que hoy presentan muchas urbes, con túneles para el metro y casas de pisos.

Ahora hay máquinas que nos mantienen literalmente vivos, se instalan prótesis biónicas después de una amputación y las lentillas son de uso común. Muchas de estas aplicaciones, como las lentes de contacto, ya fueron teorizadas por el genio florentino en 1530.

Y es que para Invernizzi, en un mundo caracterizado por niveles tecnológicos que un hombre del Renacimiento no podría llegar a imaginar, hay en todas partes «un rastro de las intuiciones» de Leonardo da Vinci.

Unas visiones de futuro presentes también en la aviación, ya que él imaginó los principios del movimiento y del vuelo con casi 500 años de antelación e inventó una especie de aeroplano sin motor que creía capaz de poder surcar las corrientes de aire.

El proyecto no tuvo éxito y él mismo se dio cuenta de que una persona por sí misma nunca podría producir la energía suficiente para elevarse, pero lo que imaginó como factible con músculos y viento, los contemporáneos lo desarrollaron más tarde con combustibles.

Todo un visionario. En el documental, ingenieros como Maurizio Longoni sugieren que los principios físicos de Da Vinci se han desarrollado en los aviones contemporáneos y que en la estructura del ala de un avión moderno está la sombra del artista italiano.

A pesar de que se conocen únicamente una veintena de obras del maestro italiano, la pintura es seguramente su asociación histórica más famosa, sobre todo gracias a joyas como La Gioconda o Mona Lisa y La última cena.

También en este campo, el polímata marcó precedente: las leyes de la óptica que desarrolló en sus lienzos gobiernan aún en la fotografía y la refracción.

Así, en Leonardo Cinquecento emerge el genio poliédrico como artista, arquitecto, humanista, naturalista y estratega militar, pero sobre todo como observador incansable en perenne búsqueda.