Nunca está de más recordar lo bueno de la vida en momentos tan duros como los que estamos viviendo. Por eso mismo no hay que olvidar a los héroes, y más en el deporte, a todas aquellas personas que un día -o muchos- nos hicieron felices. Yuna de ellas es Luis Aragonés. Ayer, el entrenador y exjugador Víctor Sánchez del Amo le hizo su particular homenaje en Instagram.

«Participé en la fase de clasificación del Europeo que luego se ganó y fue terrible. Nos criticaban a los jugadores, y al entrenador querían echarle. El equipo se clasificó y en un mes de competición cohesionó al grupo de futbolistas y le dio un cambio a la selección, creó una identidad que nos ha puesto en el primer orden del nivel mundial. Creo que le debemos muchísimo a Luis Aragonés», indicó.

Para el exmadridista, «es el auténtico líder y creador del punto de inflexión del fútbol español». «Es una referencia, en Sported -empresa dedicada al deporte- hemos estudiado su caso y tenemos una metodología alrededor de él».

Como jugador se le recuerda como una auténtica leyenda del Atlético de Madrid, en el que se mantuvo la mayor parte de su larga carrera deportiva, siendo tres veces campeón de Liga, dos de la Copa y subcampeón de la Copa de Europa. 

Ya como entrenador, Luis Aragonés Suárez desarrolló casi toda su trayectoria en clubes españoles: Atlético, Barcelona, Espanyol, Betis, Sevilla, Valencia, Mallorca y Oviedo. Luego, le tocó el turno para su gran sueño, para lo que había estado preparándose toda la vida:dirigir a la selección, con 65 años. Después, decidió salir fuera del país y probar suerte -no la tuvo- en el Fenerbahçe turco, tras proclamarse campeón de la Eurocopa en 2008 en Austria y Suiza. Por orgullo había decidido dejar el puesto. 

Un gran legado

Un título que con el tiempo se convirtió en el gran legado de Luis Aragonés al fútbol español, la apuesta por un grupo de jugadores que marcó el comienzo de una etapa de soberanía en el balompié mundial con la conquista dos años después del Mundial de Sudáfrica y de la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania.

Las hemerotecas son testigos de uno de los momentos más emocionantes de la Historia del deporte. Ocurrió el 22 de octubre de 2010, en la entrega del Premio Príncipe de Asturias a la selección, cuando su sucesor, Vicente del Bosque, se saltó el protocolo y buscó al ‘Sabio de Hortaleza’ para que se uniera a la celebración. Tres años y medio después nos dejaba por una leucemia. Nadie le olvida.