La prisión de Herrera de La Mancha está retomando las sesiones de justicia restaurativa con «mayor criterio judicial», sopesando qué presos pueden participar en estos encuentros cuyo propósito es reconocer el daño causado y pedir perdón a las víctimas. Tras un par de estas reuniones, de carácter confidencial, se suspendieron a la vista de los resultados y, sobre todo, al trascender en un medio nacional las conversaciones de los presos José Bretón (condenado por asesinar a sus dos hijos), Miguel Carcaño (por el crimen de Marta del Castillo) y Sergio Morate (asesinó a su exnovia y  a una amiga). «Fue un error» y los denominados 'diálogos restaurativos' en la cárcel de Herrera de La Mancha se suspendieron con el propósito de retomarlos con mayor criterio judicial y viendo quién puede participar en estos encuentros.

El juez de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla-La Mancha, Antonio Moreno de la Santa, en declaraciones a La Tribuna deja claro que la justicia restaurativa no lleva aparejado un beneficio penitenciario ni disfrutar de un permiso de salida. Indica que el programa «se ve con buenos ojos» porque muchas víctimas necesitan que se reconozca el delito y les pidan perdón, y hay presos que demandan que les perdonen. De este modo, aunque estos 'diálogos restaurativos' no son una terapia, sí pueden tener efectos terapéuticos. El programa de justicia restaurativa va dirigido a condenados por delitos graves, que han mostrado arrepentimiento e intención de reparación del daño, esto es, admitir el hecho y pedir perdón.

Los presos sentenciados por violencia de género o con patologías psiquiátricas no pueden participar en estos talleres que lleva a cabo la Asociación de Mediación y para la Resolución Pacífica de Conflictos.

La cárcel de Herrera retoma los 'diálogos restaurativos' - Foto: Rueda Villaverde  A medida que avanza el programa y se determina qué condenados están preparados, los mediadores se ponen en contacto con las víctimas para plantearles la posibilidad de participar en un encuentro de justicia restaurativa, de forma voluntaria y confidencial como manda el Estatuto de la Víctima.