El artista Jacinto Climent muestra la riqueza y variedad de sus conceptos artísticos en la muestra Veladuras y sentimientos, que ayer inauguró en la sala de exposiciones temporales del Museo Elisa Cendrero.

La colección está formada por una treintena larga de obras de carácter figurativo, entre las que se mezclan paisajes, de muy diferentes lugares, de ciudad, campestres y marinas; los bodegones, muy interesantes por el contraste en el manejo de la pincelada con respecto al resto de las obras; y retratos y composiciones con el cuerpo humano, en los que la naturaleza y sobre todo el agua son parte fundamental de la composición. Un recorrido de entre tres y cuatro años de dedicación pictórica.

El artista de Abenójar, que en su día formó parte del colectivo Mancha 10, justifica la amplitud de su apuesta expositiva en que «todo es pintable, no me propongo ningún tema en concreto», comenta antes de insistir: «Como me gusta la pintura, pinto cualquier cosa».

Sus paisajes muestran un amplio recorrido por los espacios naturales de la provincia, pero también muchas otras localidades españolas, «sobre todo de la costa mediterránea», a las que añade diferentes ciudades europeas, como Venecia, una de las protagonistas de la muestra, aunque también hay sitio para otros lugares de Italia o Francia.

En cuanto a las características de sus bodegones, donde la pincelada es mucho más firme y precisa que en otras obras, donde la mano del artista está más suelta, Climent prefirió no entrar en detalles y se explicó con un simple «me lo pide el cuerpo», aunque más tarde reconoció que «trabajar sobre un objeto estático no es lo mismo que hacerlo en el exterior, para mí es distinta la pincelada».

El artista detalló que está trabajando para un encargo realizado por la Diputación Provincial y en varios retratos, que son los que le están ocupando más tiempo.