Las aeronaves no tripuladas de Skydweller podrán mantenerse en vuelo durante meses sin necesidad de aterrizar para recargar sus baterías, de ahí el calificativo de ‘perpetuo’ y las múltiples posibilidades de desarrollo que se le abren a la compañía en sectores estratégicos como la seguridad y las comunicaciones. La utilización de energías renovables, en este caso la solar, y la ausencia de emisiones son otras de las ventajas de unos drones que «pondrán cámaras en el espacio a un coste mucho más económico que los satélites y los aviones tripulados». Enrique Navarro, asesor jurídico de Skydweller, asegura que el desarrollo y la aplicación de estos drones no tienen techo a día de hoy. Apunta al sector de las telecomunicaciones como una de las principales líneas de negocio y reconoce que ya han mantenido conversaciones con Facebook. El objetivo en este campo pasa por ofrecer precios competitivos en redes digitales, en la llamada línea de los satélites de baja órbita. «Un mayor flujo de datos a un coste más pequeño», apostilla para señalar la posibilidad de ofrecer cobertura 4G y 5G en zonas aisladas o de difícil acceso o de escasa rentabilidad para las compañías como otras posibles usos. Los drones de Skydweller también apuntan directamente al ámbito de la vigilancia. El control de vertidos en ríos, la detección de incendios forestales, la identificación de pateras para facilitar su rescate y la lucha contra el tráfico de drogas en altamar son algunos ejemplos en este campo citados por Navarro, que confía en establecer «muchas sinergias» con Tecnobit, compañía española líder en sistemas de optrónica y también radicada en Valdepeñas, y la Universidad de Castilla-La Mancha. Hace unos meses, Skydweller llegó a un acuerdo con la italiana Leonardo para que se convierta en socio tecnológico de la empresa hispano-estadounidense para el desarrollo de su dron de energía solar. Participará en actividades de desarrollo e ingeniería a través de un equipo especializado y actuará como el principal contratista para ventas en Italia, el Reino Unido, Polonia y la OTAN. Aunque Skydweller tiene su sede en Estados Unidos, capital privado extranjero y oficinas en Madrid, Enrique Navarro hace hincapié en que «la propietaria de la tecnología es la empresa radicada en Castilla-La Mancha» y que este ambicioso proyecto «va a situar a Valdepeñas en el mapa de la tecnología aeronáutica». La localidad ciudadrealeña acogerá en próximas fechas una reunión con todos los socios para que conozcan las instalaciones donde se ubicará la planta de drones y los últimos detalles de una iniciativa que califica como «el hito más importante del sector en la primera mitad de este siglo».