La inversión de Skydweller rozará los 50 millones hasta 2023

A. Criado
-

Skydweller invertirá en el proyecto aeronáutico de Valdepeñas cerca de 50 millones de euros hasta el horizonte de 2023, año en el que confía en iniciar la producción en serie de su dron de vuelo perpetuo impulsado por energía solar

La inversión de Skydweller rozará los 50 millones hasta 2023 - Foto: Pablo Lorente

Si los trámites administrativos siguen su curso según lo previsto, el primer avión de Skydweller, el Solar Impulse II, adquirido por alrededor de 200 millones de euros, sobrevolará el aeródromo Manuel Sánchez de Valdepeñas este mismo verano. Así lo avanza a La Tribuna el asesor ejecutivo de la compañía, Enrique Navarro, que explica que antes tendrán que adecuar las infraestructuras del campo de vuelto, adjudicado por el Ayuntamiento esta misma semana, y conseguir el permiso de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para poder llevar a cabo vuelos experimentales. El proyecto aeronáutico que pretende poner en marcha en Valdepeñas tiene como fin la instalación de una planta dedicada a la construcción de aeronaves no tripuladas alimentadas con energía solar, o lo que es lo mismo, drones de vuelo perpetuo. Para ello, la multinacional norteamericana, participada por capital privado de varios países y con sede administrativa en Toledo, invertirá casi 50 millones de euros hasta el horizonte de 2023. Los drones de vuelo perpetuo, en cuyo diseño ya trabajan 60 ingenieros en la sede de Alcobendas (Madrid), estará basado en el avión tripulado Solar Impulse, que logró dar la vuelta al mundo en 505 días impulsado únicamente por energía solar. Su traslado a Valdepeñas, montaje y pilotaje forman parte de la primera fase de un proyecto que tiene marcado en rojo en el calendario el verano de 2021. Según subraya Navarro, es la fecha prevista para realizar el vuelo del primer dron fabricado en las instalaciones ciudadrealeñas. Si todo sale según lo previsto, la idea de Skydweller es comenzar a producir los drones en serie en 2023, para lo que necesitará, previsiblemente, incrementar sus instalaciones en los terrenos aledaños al campo de vuelo Manuel Sánchez. El objetivo es fabricar 18 unidades al año, que llevarán aparejadas la creación de unos 150 empleos, la mayoría de alta cualificación. En concreto, Enrique Navarro calcula que la producción en serie de estas aeronaves no tripuladas alimentadas con energía solar generará «entre 120 y 150 puestos de trabajo directos y entre 50 y 70 indirectos», a los que habrá que sumar los de las empresas auxiliares que se instalen en la zona, tal y como ocurre en otros grandes centros aeronáuticos europeos como Hamburgo y Toulouse. En este punto, el asesor ejecutivo de Skydweller agradece el apoyo logístico y económico de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, «una ayuda determinante para instalarnos en la provincia de Ciudad Real», y destaca «la visión del Ayuntamiento de Valdepeñas de darle a este campo de vuelo un uso que repercutirá en la ciudad en forma de «relevancia industrial y tecnológica». Sobre el cambio de ubicación, prevista inicialmente en el aeropuerto de Ciudad Real, Navarro insiste en que se debió exclusivamente a «criterios técnicos». Reconoce que las instalaciones del aeródromo ciudadrealeño son «magníficas», pero su actividad, más orientada a vuelos privados y mantenimiento, «es bastante incompatible con nuestros usos». Agrega que el despegue lento de los futuros drones podría afectar considerablemente al tráfico aeroportuario («en Valdepeñas está mucho menos saturado») y que sólo con un espacio propio, dedicado al 100% a su línea de negocio, se pueden realizar vuelos de prueba a la carta, en los que hay que controlar, entre otros factores, el grado de humedad, la temperatura y la velocidad del viento. «Ha sido una suerte encontrar este enclave en Valdepeñas», sentencia.