El Manzanares Club de Fútbol disputará este sábado en el estadio La Solana (17 horas) ante el Marchamalo el partido de ida de la eliminatoria regional de la Copa Federación. Así lo ha determinado el Juez Único de Competición, después de que el club franjiblanco presentara un certificado que revela que 16 jugadores de la primera plantilla han dado negativo en los test para detectar COVID. El pasado domingo uno de los jugadores del equipo dio positivo y tuvo que ser aislado inmediatamente, así como los otros cuatro jugadores con los que compartía coche y que fueron considerados como contacto directo. Asimismo, el equipo tuvo que parar los entrenamientos, tal y como establece el protocolo, de tal forma que no ha podido preparar sobre el campo el choque ante los gallardos. El técnico del cuadro manzanareño, Rubén Chamero, sí ha estado en permanente contacto con sus jugadores de forma telemática y ha sido de esta manera como ha podido preparar el duelo de este sábado.En este contexto tan particular, con cinco ausencias y sin un solo entrenamiento específico sobre el campo, y sólo ocho sesiones desde que dio inicio la pretemporada, el Manzanares afronta este choque de ida ante el campeón del otro grupo de Primera Preferente de la pasada campaña. "El ascenso ya fue atípico y esta eliminatoria también lo va a ser", confesó Chamero, que destaca la ilusión con la que sus jugadores afrontan este encuentro, a pesar de tantos contratiempos. Sobre el rival, el preparador manzanareño analizó que "es un conjunto muy intenso, que se ha reforzado bien y que parte como favorito". La gran preocupación de Chamero en este choque de ida es el estado físico de sus jugadores y que no haya más lesiones, en un choque que se jugará en césped natural y con previsión de lluvia, por lo que el aspecto físico cobrará aún mayor importancia. "Queremos dejabr abierta la eliminatoria", apuntó Chamero. El choque de vuelta está previsto para la próxima semana en el estadio José Camacho, si bien, aún no tiene fecha ni hora concretas.