En clave local: las obras de la plaza de España de Tomelloso

A. Criado
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Las obras de remodelación de la plaza España han generado una gran polémica. Partidarios y detractores esgrimen sus argumentos, aunque la mayoría prefiere esperar a la finalización de los trabajos para emitir su veredicto definitivo

Plaza de España - Foto: Pablo Lorente

En Tomelloso, como Santo Tomás, necesitan ver para creer. La mayoría de los vecinos consultados por este diario está a favor del proyecto de remodelación de la plaza de España y considera que será positivo para el futuro de la ciudad. Pero tanto éstos como los detractores, que también son legión, y muy especialmente los indecisos, apostillan a sus opiniones un «bueno, habrá que ver cómo queda cuando finalicen las obras». Hay mucha expectación y un ganador claro: el comercio local.

El objetivo de esta actuación, cuyas obras comenzaron hace unas semanas, es dar unidad al espacio de la plaza de España para crear un ámbito homogéneo con una visión de conjunto mediante la peatonalización de la misma y el primer tramo de las calles que nacen de ella, en concreto las vías Nueva y Socuéllamos, puesto que el resto son ya de uso peatonal. «Toda ciudad moderna que se precie está peatonalizando el centro, porque la final debe prevalecer el peatón sobre el coche», afirma Enrique Sánchez, vicepresidente responsable del área de comercio de la Asociación de Empresarios de la Comarca de Tomelloso (AECT), que sostiene que «el 80 o 90 por ciento» de sus compañeros del sector están a favor del proyecto.

Sánchez es consciente de que «todo cambio genera en el ser humano cierto miedo e intranquilidad», pero está convencido de que cuando acaben las obras, «la mayoría de la gente dirá que el cambio es positivo y bueno para la ciudad». «Las calles y plazas peatonales hacen más visible al comercio y las posibilidades de venta son mayores porque la gente va andando y viendo los escaparates, mientras que cuando coge el coche, va a un sitio concreto directamente», explica para reconocer la «apuesta valiente» emprendida por el Ayuntamiento.

El sector de la hostelería también confía en sacar provecho de la remodelada plaza. De hecho, está prevista la apertura de una nueva cafetería-panadería en los próximos meses. De lo que nadie se libra es de las molestias que están causando las obras. Custodia Gutiérrez, propietaria del restaurante La Manchega, asegura que desde que empezaron los trabajos el negocio se está «hundiendo». «Por las tardes no pasa ni un alma», afirma para añadir que los resultados a futuro son «una incógnita». «He visto el proyecto, pero hasta que no se vean las cosas hechas, no se puede opinar bien, porque lo que hoy nos parece un disparate, luego puede ser una maravilla».

De lo que está plenamente convencida es de que «todo el mundo no va a quedar satisfecho», y también de que la fuente, objeto de mucha controversia, «no se tenía que haber quitado». Un extremo que no comparte, por ejemplo, Maribel Caro, que la consideraba «un barreño en mitad de la plaza». Esta camarera del restaurante Sol, situado a pocos metros de La Manchega, estima que la nueva plaza será «muy positiva para la restauración». Opina que quedará «muy bonita» y «dará vida» al centro de la ciudad con la colocación de bancos, zonas verdes y espacios de juego infantil. Respecto al tráfico, el asunto que más polémica ha generado entre los vecinos, «será de cuestión de acostumbrarnos, como todo».

Los tomelloseros y visitantes tendrán un amplio periodo de adaptación a los nuevos itinerarios (establecidos ya poco antes de Navidad) durante los diez meses de ejecución de las obras, que han provocado ya un cambio de ubicación de la parada del autobús urbano, situada ahora a las puertas de la Posada de los Portales. Los que se sienten desamparados son los taxistas (operan siete u ocho en la ciudad), desplazados también por los trabajos y sin «un lugar específico y visible» para atender a los ciudadanos. «Aparcamos donde podemos porque nos han dejado tirados y no es poco que la Policía Local no nos dice nada», indica Conchi Moreno, que asegura que en mitad de este «caos» están perdiendo clientes. «Hoy nos está perjudicando tremendamente, pero a lo mejor mañana lo veo muy bien», apostilla.

Luis Perales, presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Discapacidad (AFAS), confía en que el nuevo proyecto introduzca medidas correctoras contra las barreras arquitectónicas, aunque hace hincapié en que en la plaza de España «apenas hay problemas de accesibilidad», como sí ocurre en otros muchos puntos de la ciudad. Como vecino de la zona centro piensa que es «una buena idea» y sólo ve el «inconveniente» de la reordenación del tráfico, «especialmente para los vehículos de mayor tonelaje que tengan que cargar y descargar en el mercado o en las tiendas de muebles».

Muchos de los vecinos aluden también a la mejora estética que experimentará la plaza, comparándola con los proyectos desarrollados hace años en otras poblaciones importantes de la provincia como Alcázar de San Juan y Manzanares. Entre las ventajas, también encuentran una mayor seguridad para las familias con niños y los mayores, menos ruido y contaminación y una revalorización del precio de las viviendas y los garajes. Pero como todo el mundo opina, habrá que esperar hasta que acaben las obras.