«Ser el pandorgo de la vuelta a la normalidad es bonito»

M. E.
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Entrevista con Benito Puebla, pandorgo 2021 de Ciudad Real

Benito Puebla, en los jardines del Prado junto a la estatua homenaje al Pandorgo. - Foto: Rueda Villaverde

Si la situación sanitaria no lo impide, el próximo 31 de julio Benito Javier Puebla Pérez será investido pandorgo de Ciudad Real 2021, dos años después de que recibiera este mismo honor su predecesor, Julio Santiago Sánchez. Nacido hace 44 años en la capital y padre de tres hijos, es un empresario de éxito vinculado al mundo de las energías renovables. 

¿Qué supone para usted ser el nuevo pandorgo?

Es un verdadero orgullo y un honor ser la persona que encarna a la fiesta más importante de Ciudad Real, la que representa todas las tradiciones y la cultura de la ciudad. He cumplido 25 años en la Hermandad de la Virgen del Prado y me hacía mucha ilusión ser el pandorgo este año.

¿Cómo y cuándo decidió presentar su candidatura?

Llevaba años planteándomelo y decidí que éste tenía que ser el año, el año de la vuelta a la normalidad. Todos necesitamos volver a recuperar nuestros hábitos, nuestras fiestas y nuestras tradiciones. Empecé a leer sobre la fiesta de la Pandorga, me informé con el libro de Rafael Cantero, y a partir de ahí me llamó más aún la atención. Pregunté a la familia y me animaron. Creo que ser el pandorgo de la vuelta a la normalidad es algo bonito.

¿Cómo están siendo estos días después de ser elegido?

Están siendo una mezcla. Están siendo días de mucha emoción, por toda la gente que me llama y me felicita, personas que viven esta fiesta como una gran tradición. Pero por otro lado están siendo días duros por todos los actos a los que hay que asistir, los compromisos con la prensa, y hay poco tiempo para todo lo que hay que hacer. Afortunadamente, la Hermandad me está echando una buena mano. 

¿Cómo va a ser esta primera Pandorga del Covid? ¿Qué actos se van a poder celebrar?

Tengo entendido que se hará el desfile y la ofrenda a la Virgen del Prado y las palabras del pandorgo en su presentación en sociedad, que a lo mejor es en la plaza de los Mercedarios o en el Museo López Villaseñor. Pero serán actos cerrados, por invitación y no serán populares, sin masificaciones, sin la invitación a limoná y el puñao. Pero bueno, creo que hay que estar contentos con lo que vamos a tener.

Aunque no tenga que invitar este año a ‘limoná’ y ‘puñao’, ¿ser pandorgo cuesta dinero?

Claro que cuesta. Todo el coste de los pañuelos de yerbas, de las pañoletas, mi traje de pandorgo, el de mi mujer... Todo eso sale de mi bolsillo, pero lo pago con mucho gusto. 

¿Sabe ya en qué van a consistir sus palabras en el discurso como pandorgo?

Más o menos lo tengo en la cabeza, aunque es algo que se va construyendo con el paso de los días. Lo que sí tengo claro es que mis palabras ante la patrona va a ser un momento muy difícil para mí. Me imagino la Catedral, llena de gente, en silencio, y yo delante de la Virgen del Prado. Van a aflorar muchos sentimientos.

¿Qué supone para usted la Virgen del Prado?

Es la figura más importante de nuestra ciudad, a la que yo estoy especialmente muy unido porque, además de mi devoción, le hice una promesa a mi padre antes de morir. Él fue quien me introdujo en la Hermandad y le prometí que siempre estaría con ella.

¿Qué recuerdos de juventud guarda de la Pandorga?

Son recuerdos especialmente bonitos. Se vivía de otro modo. Nos reuníamos los amigos en el Prado para la zurra y después íbamos a la plaza Mayor y los toros de fuego, de los que yo fui porteador. Lo recuerdo con mucha dulzura.

¿Qué mensaje manda a los ciudadrealeños?

Que les espero el día 31 y que disfruten de la fiesta más importante, que la conozcan de verdad, con sus tradiciones. Porque la Pandorga sigue siendo una gran desconocida.