Geovol impulsa un proyecto de geoparque en Campo de Calatrava

A.Criado
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El modelo de gestión territorial sostenible con los volcanes como hilo conductor cuenta con el respaldo de dos grupos de desarrollo rural y de la Diputación de Ciudad Real, que también ve el proyecto con buenos ojos

El grupo de investigación Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (Geovol), creado en 2007 e integrado en el Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Castilla-La Mancha, trabaja desde hace un año en un proyecto de geoparque para el Campo de Calatrava. Una iniciativa que cuenta ya con el respaldo de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava y Montes Norte y que la Diputación de Ciudad Real también ve con buenos ojos.

Según explica a La Tribuna la directora de Geovol, Elena González, la implantación de un geoparque es un proceso largo que precisa de «voluntad política» y de la implicación de todos los municipios de la zona. La última palabra la tendrá la Unesco, que define geoparque como «un territorio que comprende uno o más sitios de gran importancia científica, no sólo por razones de tipo geológico sino en virtud de su valor arqueológico, ecológico y cultural». Requisitos que, según este grupo de investigadores de la UCLM (del que también forman parte Rafael Becerra, Rafael Ubaldo Gosálvez y Estela Escobar), cumple sobradamente la región volcánica del Campo de Calatrava.

En este sentido, Rafael Becerra destaca el «revulsivo» que supondría para el Campo de Calatrava y para la provincia de Ciudad Real en general «impulsar esta estrategia de desarrollo económico sostenible en un territorio que tradicionalmente ha basado su actividad en la agricultura y, en menor medida, en el sector cinegético». Afirma que el objetivo es «potenciar el turismo volcánico o geoturismo a partir de unas estrategias centradas en los parámetros geológicos y geomorfológicos tan interesantes que presenta el Campo de Calatrava», una de las regiones volcánicas más importantes de Europa, con más de 300 aparatos en un área superior a los 5.000 kilómetros cuadrados. Parajes geológicos que sobresalen por su calidad científica, singularidad y valores estético y didáctico.

riqueza adicional. Además del patrimonio geológico, un geoparque debe contar con la riqueza adicional de elementos de interés arqueológico, ecológico, histórico o cultural. Tampoco faltan ejemplos en la zona. Elena González apunta al yacimiento de La Bienvenida, una ciudad romana hecha de basalto, ubicada en el Valle de Alcudia; o el fuerte de Piedrabuena que albergaba a la guarnición romana, también levantado con basalto. Asimismo, Geovol quiere iniciar un proyecto de investigación junto a un equipo de arqueólogos para analizar la similitud de los molinos del Campo de Calatrava con los del sur de Italia. «Los molinos que encontramos en Oreto y Zuqueca son exactamente iguales que los de Pompeya», enfatiza.

La presencia en la provincia de los parques nacionales de Las Tablas de Daimiel y Cabañeros y de otros dos parques naturales (Las Lagunas de Ruidera y Valle de Alcudia y Sierra Madrona) y las buenas comunicaciones con Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana son otros puntos que juegan a favor del geoparque del Campo de Calatrava. «Tenemos la ventaja, además, de contar con infraestructuras que ya existen y que sólo hay que interconectarla», enfatiza la directora de Geovol, que junto a Rafael Becerra enumera el Parque Cultural Calatrava; las rutas de senderismo por las cañadas reales, que atraviesan todas el Campo de Calatrava, algunas incluso pasan por encima o al lado de uno o varios volcanes; georrutas en las que se trabaja desde hace cuatro años, para visitar aquellos edificios volcánicos declarados monumentos naturales; y los centros de interpretación de Cerro Gordo, en Granátula, y de La Inesperada, en Pozuelo, inaugurados ambos recientemente.

competencia y modelo. El proyecto se encuentra en la fase de redacción de todos los recursos de la zona que se pueden poner en valor para ‘vender’ la región volcánica del Campo de Calatrava como geoparque. En España ya hay cuatro que tienen a los volcanes como protagonistas (Cataluña central, Cabo de Gata, El Hierro y Lanzarote), aunque Geovol, apunta Rafael Ubaldo Gosálvez, piensa en un modelo similar al de Villuercas-Ibores-Jara (Extremadura), donde el presidente del geoparque es el presidente de la Diputación de Cáceres y la dirección o gerencia la ostenta la Asociación de Desarrollo de la Sierra de Guadalupe.