"Pasaremos los conciertos y audiciones por redes sociales"

D.A.F.
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Sanz Alcaide regresa a la dirección del Conservatorio Profesional de Música Marcos Redondo en un curso marcado por las medidas de seguridad ante el COVID-19

“Pasaremos los conciertos y audiciones por redes sociales" - Foto: Rueda Villaverde

Nacido en Ciudad Real, es saxofonistas y profesor del Conservatorio Profesional del que fue director durante cuatro año. Ahora regresa al cargo dos años después para cubrir el hueco que ha dejado la marcha de su sustituto, Carlos Cano, con nueva plaza en Madrid.

¿Cómo surgió su regreso a la dirección del Conservatorio?

El proceso de elección de candidaturas se había abierto, no se llegaron a presentar candidaturas y tuvo que suspenderse por la pandemia. No se llegó a elegir una nueva Junta Directiva. Es la primera vez, al menos que yo conozca, que aquí en Ciudad Real, que los miembros de la directiva los elige el Delegrado Provincial.

¿Cómo afronta este nuevo mandato con la presencia del COVID-19 en el entorno?

El plan se elabora en base a las instrucciones que recibimos a finales de junio. Acabamos de recibir otras nuevas, el 27 de junio, no son muy distintas de las primeras recibidas, pero seguimos rehaciendo propuestas para el inicio del curso. Se trata también de ir viendo, poco a poco como aplicarlo. Muchas de las asignaturas se van a cambiar de sitio para acomodar las ratios de cada grupo a los espacios de que disponemos. Después hay un montón de cuestiones sanitarias, de prevención que no son las habituales en el centro. Hay todas unas pautas de limpieza, de lavado con hidrogel, un montón de medidas pequeñas para que se cumplan los objetivos.

Al margen de las medidas sanitarias ¿hay alguna propuesta novedosa en cuanto a los contenidos académicos?

Básicamente todas las novedades van a estar centradas en lograr aplicar este plan con dos posibles escenarios, el primero con asistencia total del alumnado, y luego se contemplan por parte de la Junta de Comunidades otros dos planes más, uno de semipresencialidad y otro de no presencialidad, que se aplicarán si así lo deciden las autoridades políticas o sanitarias. Eso es lo que nos ocupa, si bien es cierto que nos gustaría pensar que necesitamos un estímulo para que los chicos vengan al conservatorio, tengan ganas de tocar y de hacer música. Nosotros podemos proponer conciertos, que serán muchos menos que otros años, porque no se van a poder hacer. También vamos a pasar las audiciones y conciertos que puedan hacer los chicos a través de redes sociales, televisiones y radios locales. Eso lo empezaremos a trabajar ya en el curso, con la idea de trabajar con cierta normalidad. Va a ser todo un reto, por desgracia, mantener un cierto nivel de conciertos y de audiciones, que es otro objetivo del curso. Es un reto. Pero para un chico es importante hacer música, salir a un escenario.

En otros cursos han tenido algún tema o algún compositor al que se han acercado de un modo especial, ¿ocurrirá este año?

No hemos pensado en ningún compositor o tema. En el pasado nos centramos en la música contemporánea o en el papel de la mujer en la música, pero en esta ocasión no hemos pensado en ese tipo de eventos.

El principio de curso, cuando se produce sobre todo la distribución de los nuevos alumnos, ¿va a ser más problemático esta vez?

Va a ser muy complicado. Hay algunos ratios que debemos cumplir, hay que aumentar las distancias y eso cambia el número de alumnos que puedes gestionar dentro del centro.

¿Con cuántos alumnos se va a quedar el centro?

En el Conservatorio, la cifra de alumnos de cada curso oscila entre los 520, 530, 540… Este año nos vamos a quedar casi con toda seguridad, con muy poco por encima de los 500 alumnos, tal vez 510, 515, pero no son datos cerrados. A día de hoy, nos preguntan cuántas plazas va a ver de uno u otro instrumento y todavía no lo sé, porque tenemos que ver cuantas personas caben en condiciones de seguridad en un aula.