A toda vela en las aguas manchegas

E. Gómez
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El ciudadrealeño Eduardo Navarro se consolida en la élite nacional y desde el Club Vicario Pantanícolas intenta potenciar la práctica del windsurf en la provincia

A toda vela en las aguas manchegas - Foto: Rueda Villaverde

Practicar windsurf u otras modalidades de deportes de vela como kitesurf es posible en La Mancha. Y un buen ejemplo de ello es Eduardo Navarro, presidente del Club Vicario Pantanícolas, y con un amplio palmarés en competiciones regionales y nacionales. 

A sus 44 años, este profesor en el IES Mónico Sánchez de Piedrabuena fue uno de los precursores de la práctica del windsurf en Ciudad Real y actualmente son más de 40 socios en el club. Debido a la escasez de agua en el pantano del Vicario, han trasladado su escenario de entrenamientos al embalse del Gasset, otro escenario privilegiado para practicar estos deportes en aguas interiores y donde llegan en ocasiones practicantes de otras regiones.

Su particular historia comienza hace 25 años en el garaje de un amigo. Allí, una vieja tabla de surf desató su curiosidad por ser un deporte desconocido para ellos. Leyendo libros más especializados, su afición fue creciendo hasta el punto de que el windsurf, con sus distintas especialidades, terminó convirtiéndose en su gran pasión.

Eduardo Navarro se prepara para subirse a la tabla.Eduardo Navarro se prepara para subirse a la tabla. - Foto: Rueda VillaverdeEl año pasado participó en un Mundial en Suiza, cuyo viaje dio para una colección de anécdotas por los cierres de fronteras debido a la pandemia, y su próximo reto es la Copa de España de Fórmula Fin, donde confía en poder estar entre los cinco mejores del país. Hace unas semanas fue tercero de su categoría en el Campeonato de España de Fórmula Foil, celebrado en Blanes (Gerona), una especialidad en auge ya que será olímpica en París 2024. Esta campaña está participando en tres especialidades: slalom, donde es líder del Campeonato de Castilla-La Mancha; fórmula foil y fórmula fin.

Labor formativa

Más allá de los resultados, que siempre son una importante motivación para continuar, para Eduardo Navarro  lo importante es ir sembrando para que la afición por este deporte en Ciudad Real continúe creciendo.

De hecho, hijos de algunos socios ya empiezan a hacer sus pinitos y desde el club siempre se imparte la formación necesaria. «En diez días ya puedes ir defendiéndote», promete. «Al ser el agua muy plana (no hay oleajes) es muy fácil aprender», explica.

Eduardo Navarro limpia de algas la quilla foil de su tabla.Eduardo Navarro limpia de algas la quilla foil de su tabla. - Foto: Rueda VillaverdeDurante la pandemia agradece la labor de la Federación Española, que les proporcionó los salvoconductos necesarios y cuentan con todos los permisos de la Confederación para poder entrenarse en el Gasset, si bien, el baño en esa zona está prohibido.

Cursos no imparten porque es difícil programar las clases, ya que todo está condicionado por el viento. De hecho, de media se entrenan dos veces por semana, aunque hay periodos de tiempo en los que la meteorología les obliga a estar en el dique seco más tiempo del deseado y otras veces pueden encadenar varias jornadas en el agua.

Aunque puede parecer extraño, cada vez son más los aficionados de provincias de interior que compiten en windsurf y que emplean los embalses para sus entrenamientos y competiciones.

A toda vela en las aguas manchegasA toda vela en las aguas manchegas - Foto: Rueda VillaverdeDe hecho, el Club Vicario Pantanícolas organiza anualmente la Regata del Queso, que ya ha alcanzado su octava edición y que está plenamente consolidada en el calendario. Este año participaron más de 30 regatistas, que compitieron en el Gasset, ya que en el Vicario era imposible por la falta de agua. «Hacía más de 15 años que yo no lo veía tan seco», asegura. 

 

Agradecimientos

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A toda vela en las aguas manchegas - Foto: Rueda Villaverde
Navarro, durante un entrenamiento en el embalse de Gasset.
Navarro, durante un entrenamiento en el embalse de Gasset. - Foto: Rueda Villaverde

Como amante del windsurf, en algún momento sí se ha planteado cambiar de residencia, pero por otro lado, advierte que «lo bueno que tiene estar en el centro de la península es que cualquier fin de semana puedes plantarte en cualquier lugar de España. Y eso es una ventaja en un deporte que depende tanto del viento». En este sentido, agradece la colaboración y el apoyo de las firmas Point-7, Don Apolonio, Clifis e Imprimarte, que permiten que este particular ‘Don Quijote’ siga surcando las aguas manchegas en busca de nuevos retos y desafíos.