«En impacto científico podemos tutear a grandes ciudades»

Hilario L. Muñoz
-

El decano aborda en esta entrevista los grandes proyectos que quiere afrontar en los próximos cuatro años, en los que busca mejorar la docencia de los estudiantes y mantener el estastus de calidad y excelencia del centro

«En impacto científico podemos tutear a grandes ciudades» - Foto: Tomás Fernández de Moya

A los 50 años, Manuel Andrés Rodrigo se ha convertido en decano de la Facultad de Ciencias Químicas. Procedente del Eatim de El Hoyo (Mestanza), Rodrigo es un ejemplo de un catedrático de Ingeniería Química fruto de la implantación de la UCLM, pues aquí completó sus tres primeros años de la entonces licenciatura, se doctoró en Valencia y después regresó a su casa, en 1996, donde es uno de los principales investigadores en su área.

¿Qué le movió a presentarse? 

Tengo una carrera investigadora bastante prolífica y, con otros compañeros, tengo uno de los grupos más potentes a nivel mundial en tecnologías electroquímicas . El tema investigador estaba bastante cubierta y en el tema de facultad veía que se necesitaba un poco de impulso. Tenemos -qué te voy a decir yo como decano- una de las mejores facultades de nuestra universidad y una de las mejores a nivel nacional. Había un momento en que uno veía que no hemos sido capaces de hacer conscientes a la sociedad de la potencia que tenemos como centro. Vi el momento en que veía que podía aportar. Es muy importante que la gente sea consciente de la importancia de este centro: 200 personas trabajan aquí, cuatro edificios completos como facultad, tres centros de investigación muy relacionados y con un potencial enorme para hacer crecer nuestra sociedad. 

¿Está hablando de transferencia?

No sé hasta qué punto la gente es consciente de que en la facultad tenemos 22 grupos de investigación que trabajan en temas diferentes y que son de excelencia. No solo hay cantidad, 22 equipos, sino también calidad. Si se pone en buscadores científicos Facultad de Ciencias y Tecnologías Químicas aparece muchísima información de Ciudad Real. Nuestro tamaño no corresponde con el de una población de 80.000 habitantes, en cuanto a impacto científico nos podemos tutear con las grandes ciudades.  

Uno piensa en esta facultad y piensa en grandes industrias químicas que hay en la provincia. 

No solo tenemos el ‘apellido químico’ sino que también tenemos el de alimentos y los de energía y de medio ambiente. Todo eso lo hacemos en la facultad. Estamos hechos a la medida de nuestra sociedad. 

¿Cómo es la transferencia de resultados a ese mundo empresarial? 

Hay dos niveles de transferencia de resultados de investigación. Uno es cuando se hacen artículos científicos y se cuenta con rigor lo que se ha hecho. Hay otra transferencia cuando la empresa te contrata para que seas capaz de resolver un determinado problema. Nosotros tenemos muchos contratos en los que realizamos este tipo de transferencia y en algún tema en los que somos expertos asesoramos o hacemos un proyecto para indicar qué es lo que tienen que hacer o cómo hacerles capaces de dar una solución. 

¿Esta capacidad de investigación tiene su reflejo en el empleo?

La gente que hace nuestra carrera normalmente no tiene paro. Puede tener un mes o dos hasta que se ubica y después puede querer un tipo de trabajo u otro, pero las carreras que hay en este centro no tienen paro. Ahora mismo hay una demanda muy grande de las carreras STEM, las que tienen que ver con la ciencia, la ingeniería, la tecnología, las matemáticas. Las tres carreras que hay en la facultad de Ciencias y Tecnologías Químicas como grado, como punto de entrada, están dentro de esta categoría. Hay titulados nuestros que trabajan en la puerta de su casa y hay otros titulados que les gusta otro tipo de vida y están una noche durmiendo en Hong Kong, otra en Singapur y otra en Boston. 

¿Qué planteamientos tiene como decano para atraer estudiantes?

Cuando llegué al decanato tenía, entre comillas, una ‘idea rupturista’, una idea de cambiar el paso. Esto ha significado que, en vez de tener una estructura de Gobierno, dividida en los tres perfiles que hay en la facultad: el químico, el tecnólogo de los alimentos y el de ingeniero; la idea ahora es enseñar el perfil de excelencia, que es algo que compartimos los tres grados de la facultad. Así ahora vamos a tener un vicedecano encargado del tema de estudiantes; otra persona que se hace cargo de transferencia, dirigida a que nos acaben de ver, y se quedan sorprendidos de lo que tenemos, con cientos de metros cuadrados de equipamiento de primer nivel. Estamos en un sitio en el que destacamos y a la hora de captar fondos hemos podido captarlos e invertirlos muy bien. Hay un vicedecanato de Estrategia Académica, porque no me quiero quedar solo en los tres títulos, sino que mi gente sea atractiva desde el punto de vista del mercado laboral. Quiero atraer talento, sobre todo de Latinoamérica, que crece y que tenemos una competencia competitiva muy buena gracias al idioma. Por último hay una secretaría académica muy importante para la gestión de recursos humanos y materiales, con cuatro edificios y 60 laboratorios. 

¿Cómo afecta esta estructura al estudiante y futuro estudiante?

Quiero que el estudiante de aquí se lleve mucho más que el estudiante que vaya a otro sitio. Hasta ahora nuestro sello distintivo es el trato, muy personalizado. Ahora estamos sumando un programa de mentorización. Por una parte, formamos a estudiantes veteranos para que nos ayuden a formar estudiantes jóvenes mediante cursos de coaching y formamos a profesores nuestros de centro para mejorar las competencias transversales. No quiero que un estudiante de aquí sea un buen químico, científico y tecnólogo de alimentos o un buen ingeniero químico; quiero que sea el mejor, que sepa hablar en público, moverse, trabajar en equipo y una serie de cosas que es lo que define en un proceso selectivo quién se queda y quién no. Al mismo tiempo desde el decanato generamos un programa de capacitación profesional, ofertando cursos desde idiomas a cursos de profesionalización en distintas temáticas que demanden las empresas. Por ejemplo, hay un curso sobre seguridad especializado que nuestros estudiantes tendrán la opción de tenerlo para meter ese extra del curriculum. De esta manera cuando acaben la carrera no les va a salir el curriculum vacío, sino con muchos ítems. 

Eso es incluir algo de la FP. 

Sí, pero a nivel universitario. Vamos a combinar el mimo que hemos tenido siempre, con la parte de capacitación a nivel profesional y esas competencias transversales que tienen más importancia cada vez. No se trata de que sea buen ingeniero, químico o tecnólogo, se trata de que lo que sepa hacer te lo pueda contar y con un énfasis que te pueda vender el producto y eso es lo que nos va a hacer muy diferentes. 

Se trata de dar algo más de calidad a los grados, por lo tanto. 

Somos el único centro de la universidad con tres sellos de calidad. Dos relacionados con la Ingeniería Química, uno en grado y otro en máster, reconocidos por Europa. El otro es del grado de Química. Los sellos significan que en el diploma que se da a los alumnos viene estampado, que el programa formativo ha superado los estándares del resto de programas formativos. Además ofertas una buena capacitación de inglés. Con el programa ‘english friendly’, en el que cualquier pregunta se responde en inglés, y hacemos algunas asignaturas bilingües. También vamos a trabajar con nuevas metodologías educativas dentro de esta etapa, una de las cosas que más estamos trabajando. Al igual que trataremos de hacer másteres que sean llamativos. 

¿Hay inversiones previstas? 

La demanda que nosotros tenemos fundamentalmente es la de conseguir que la excelencia que mantiene nuestro centro perviva en el tiempo. Esto significa que parte del profesorado va para mayor, se va a ir jubilando, y necesitamos buscar el mejor profesorado de reemplazo, las mejores personas para que sigamos siendo lo que somos, un centro en el que nos podamos medir en el ámbito de europeo. Esto va a costar y lo tenemos que luchar, para que de aquí a dentro de 10 años, el que esté de decano siga diciendo tengo un centro de excelencia, con los mejores equipos.