Los colegios casi duplican en la cifra de incidentes a IES

Hilario L. Muñoz
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Los padres en las primeras etapas educativos suelen ser los agresores, mientras que en los institutos son los estudiantes

Los colegios casi duplican en la cifra de incidentes a IES

«Frente a 13 casos que tenemos en institutos han sido 21 los que tenemos en centros de Educación Infantil y Primaria». De esta manera, tan gráfica se muestran las diferencias entre las etapas educativas en cuanto a las agresiones solo en la provincia de Ciudad Real. Se trata de una diferencia que existe en los agresores, ya que son «las familias, los padres» los que están detrás de la mayoría de incidentes registrados en los colegios. Esto ocurre también en Castilla-La Mancha, donde hay 88 casos en CEIP y 54 en IES, sin tener en cuenta centros de adultos o centros rurales. 

Además existe una diferencia de género con más madres que padres, detrás de estos incidentes, mientras que en los institutos hay más alumnos que alumnas, con una diferencia por sexo que se expone solo en el ámbito de Castilla-La Mancha. 

Hay que tener en cuenta que en las cifras globales no hay solo conflictos en el aula sino también de aspectos como daño patrimonial, acoso al maestro o difusión en redes de aspectos personales de su vida, por lo que estos incidentes ocurren más allá del trabajo dentro del aula y muestran una disparidad de incidentes. 

En una visión de conjunto de estos datos, el delegado de CSIF Enrique de la Rosa apuntó que «Toledo continúa siendo la provincia con más casos, seguida de Ciudad Real porque son las provincias que tienen más centros educativos, pero lo que llama la atención es que se mantiene la tónica de cursos o años anteriores con los colegios más incidentes que los institutos», como una muestra de que existe una problemática asociada a los centros educativos 

Además, más allá, de los datos desde el sindicato CSIF apuntaron que «las aulas se vienen convirtiendo en un despropósito desde hace muchos años atrás, más de 20», y esto no es debido solo a «las agresiones físicas o los insultos» sino a «la violencia del día a día, la de baja intensidad». Se trata, por ejemplo, de aquellas actitudes que «interrumpen el trabajo diario de los docentes» y que ocupa mucho tiempo dentro del propio aula que no se puede ofrecer al resto de estudiantes que mantienen una actitud de escucha y de respeto hacia el profesorado.  

Por este motivo, desde el sindicato apuntaron que esa violencia de baja intensidad es a que «más entorpece la labor de los profesores» y provoca, incluso, que haya bajas entre los profesores. Se trata de permisos que ocurren «ante situaciones de casos de agresiones y una convivencia escolar delicada» que con la petición de ese tiempo de baja se pueden ocultar algunos casos registrados.