Menos uvas de la suerte

D.A.F.
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Las limitaciones para las reuniones familiares impuestas por la pandemia de COVID-19 cambian las pautas de consumo y un ligero descenso en productos tradicionales para la cena de fin de año, como es el caso de la uva

Menos uvas de la suerte - Foto: Rueda Villaverde

La limitación de reuniones familiares en Nochevieja tiene su efecto en las ventas de alimentación, de termómetro sirve un ‘imprescindible’ de estas fechas, las uvas, cuya tendencia es a la baja, aunque no todos los establecimientos del ramo lo perciben igual.

La situación varía mucho. En la Frutería Christian, en la calle Morería de la capital, Christian Rodríguez es contundente: «Se está vendiendo menos, la gente está contando, que son menos en casa», antes de estimar en un 30 por ciento la bajada de ventas de este producto. «Si una señora se llevaba unos 30 o 40 euros en una compra, ahora paga 20 o 25 euros» comenta.

En el Mercado Municipal se encuentra la Frutería Mari y Caíto, donde atiende Maribel Calle, quien aprecia que las ventas de uva «van más o menos como las del año pasado», aunque con el matiz de que «ha cambiado la cantidad, antes se juntaban familias grandes, llevaban para 10, 12, 15 personas; ahora se compra para cuatro personas, para tres..., poca cantidad, pero están comprando más familias», con lo que el volumen «se mantiene».

Calle recuerda que el producto que tiene a la venta es «de la variedad Aledo, de una zona tradicional de Alicante y también tenemos una variedad sin pepitas, que viene de Murcia», enumera.

También en el mercado está la Frutería Tere e hijos, desde la que Jesús Calle observa que este fin de año la venta «es un poquito más floja, pero la gente sigue llevándose las uvas» y una parte del descenso se compensa con las compras de otras familias que habitualmente hacen la cena de Nochevieja en el domicilio de otros familiares a los que este año no será posible visitar.

Desde el lado de  la clientela, Prado Díaz refiere que ha comprado «lo mismo que otros años, un kilo»; mientras que Nuria González, ha comprado «bastante menos» puesto que en su casa sólo serán tres personas, cuando habitualmente son siete.