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Un octogenario murió en la madrugada de este martes en Socuéllamos presuntamente a manos de su hijo, que huyó del lugar de los hechos y fue atrapado por agentes de la Guardia Civil a las 16.45 horas en una casa a medio construir de esta localidad manchega, cerca de la vivienda familiar, tras más de 13 horas en busca y captura. El detenido, de 46 años, fue trasladado a dependencias del Instituto Armado, a la espera de pasar a disposición judicial. Según ha podido saber La Tribuna, agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ciudad Real detuvieron a las 16.45 horas al acusado. El hombre estaba escondido en un casa abandonada, en construcción, próxima a la vivienda familiar, ubicada en el número 50 de la calle Santiago, donde vivía con sus padres y dos hermanas. El suceso, informaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, se produjo en torno a las 3.40 horas de este martes cuando, al parecer, el ahora detenido agredió a su padre, de más de 80 años, que fue hallado en el suelo de la vivienda con diversas heridas. La alcaldesa de Socuellamos, Pruden Medina, explicó que fue la esposa del fallecido, también octogenaria, la que llamó a la Policía para alertar de que su marido había muerto de «forma violenta», aunque pidió cautela hasta que se aclare lo ocurrido, ya que el caso está judicializado. Tras esta llamada, agentes de la Guardia Civil acudieron a la vivienda, mientras la Unidad de Policía Judicial se ponía en marcha para iniciar un amplio dispositivo para localizar al presunto parricida. El operativo de búsqueda incluyó un helicóptero de la Benemérita que sobrevoló la zona en busca del huido, mientras tanto varias patrullas realizaron batidas, peinaron la zona y por fin, poco después de las cuatro y media de la tarde, fue localizado en una vivienda en construcción, detrás de una fábrica abandonada de prefabricado de hormigón (Vanguard) y  se procedió  a su detención sin problemas. El presunto homicida no opuso resistencia, según fuentes cercanas a la investigación. Precisamente, uno de los primeros lugares que registraron los agentes fue esta antigua fábrica abandonada, que se encuentra a escasos 100 metros del domicilio familiar. Entonces no vieron nada que les hiciera sospechar que se escondía en un lugar próximo. Los guardias civiles también inspeccionaron sin éxito los tejados, explotaciones agrícolas de la zona y las casas de varios vecinos. Uno de ellos confirmó a este diario que el hijo había «pinchado» a su padre en el cuello. «Es una pena porque son como mi familia, personas trabajadoras y humildes que han pasado mucho como nosotros», manifestó para hacer hincapié en que no había tenido problemas nunca con sus vecinos. Explicó que el fallecido se tuvo que prejubilar hace muchos años por un accidente laboral cuando trabajaba en la construcción, mientras que su hijo se encontraba actualmente en el paro. Había trabajado de pintor. Aparte de los agentes de la Guardia Civil, hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos de la Policía Local, un médico de Urgencias y una ambulancia. La alcaldesa de Socuéllamos convocó a toda la Corporación municipal a un Pleno extraordinario de urgencia por los hechos acaecidos en la localidad. Dio comienzo a las 13.30 horas y acordó decretar dos días de luto oficial en el municipios, que las banderas ondeen a media asta durante este periodo y trasladar las condolencias a la familia del fallecido. La sesión plenaria finalizó con un minuto de silencio en nombre de todo el pueblo de Socuéllamos. El presunto homicida está previsto que pase hoy a disposición judicial en uno de los juzgados de Tomelloso, apuntaron a este diario otras fuentes. De momento la noche la pasó en dependencias policiales, custodiado y vigilado por agentes, ajeno a la situación que se vivía en su casa por el dolor que ha causado la muerte violenta de su padre, que acabará presuntamente con su vida.