JUCIL estima que en la provincia faltan 72 guardias civiles

Efe
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La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) considera que, al no cubrirse las vacantes, se ahonda los problemas de seguridad de las áreas rurales de la comunidad.

Un agente de la Guardia Civil en una imagen de archivo - Foto: Fotos Rueda Villaverde

La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) considera que en Castilla-La Mancha faltan 475 guardias civiles, al no cubrirse las vacantes, lo que ahonda los problemas de seguridad de las áreas rurales de la comunidad.

El secretario general de JUCIL, Ernesto Vilariño, ha manifestado en un comunicao, que es imprescindible que la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, refuerce las plantillas, adaptándolas a las singularidades de la España vaciada, ya que este cuerpo es responsable de la seguridad de miles de municipios en un entorno caracterizado por el envejecimiento y por la despoblación.

Vilariño ha avanzado que propondrán un estudio que contemple la reestructuración del despliegue territorial de la Guardia Civil a través de un modelo más eficiente, pensado en la idoneidad de contar con puestos en cada cabecera de comarca, con servicio las 24 horas al día y con más efectivos.

La JUCIL ha afirmado que las vacantes en Castilla-La Mancha se distribuyen de la siguiente manera: 68 en la provincia de Albacete; 72 en la de Ciudad Real, 97 en la de Cuenca, 127 en Guadalajara y 111 en la provincia de Toledo.

La reducción en el número de efectivos, ha señalado Vilariño, ahonda la despoblación en aquellos rincones donde la cifra de guardias civiles es inferior a la prevista en la actual plantilla.

El total de vacantes supera las 10.000 en el conjunto de España, ha apuntado, pero se hace especialmente agudo en áreas rurales donde esta carencia genera un incremento del grado de inseguridad de los bienes y propiedades de los residentes en los miles de pequeños núcleos urbanos en los que, en muchas ocasiones, los guardias civiles son más que servidores del orden público para convertirse en carteros, acompañantes, visitantes diarios o repartidores de medicamentos y de un rato de compañía.

La falta de efectivos dificulta una de las más importantes labores de la Guardia Civil, la de prevención del delito y de sus consecuencias en estos espacios escasamente poblados, ha concluido