Con la madrugada del 1 de agosto tienen lugar en la capital los característicos toros de fuego que se desarrollan en la calle Palma y que este año «comenzaron prácticamente como terminaron el año pasado». Entonces, «cuando en el séptimo toro, los jóvenes no respetaban las normas del buen discurrir de la actividad, se optó por suspenderlo», recordó respecto al año 2018 la concejala de Festejos, Eva María Masías, que explicó que este año fueron «un poco más tempraneros», concretamente en el tercer toro. Lo dijo tras poner de manifiesto que además «hubo muchos padres disgustados porque sus menores de 14,12 y 10 años no podían acceder al circuito del toro de fuego, no les hacíamos entrar en razón de que era una actividad que entraña peligro y que hay un reglamento de explosivos. No es un capricho de la Concejalía», apostilló la edil.

En relación al desarrollo de los toros de fuego, recordó que se anunció por megafonía, al igual que todos los años, que «cuando se tocase el toro, la carcasa o lo tirasen fuera y corriese peligro la integridad física de la persona que lo porta o la de los que están corriendo, se pararía la actividad». De este modo, indicó que en el tercer toro hubo jóvenes que incumplieron dichas directrices y que de ahí que plantearan su suspensión, si bien finalmente, «les hicimos entrar en razón» y se retomó la actividad hasta quemar los 14 toros. Asimismo, informó que hubo «dos o tres» jóvenes que fueron sancionados y expulsados del circuito. 

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