«Mi padre siempre intentó acercar la cultura de Tomelloso»

Ana Pobes
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Nació en Tomelloso, localidad natal de su padre, Francisco García Pavón, ilustre escritor y crítico literario español del que se conmemora este año el centenario de su nacimiento con una serie de actividades como la reedición de uno de sus libros.

Sonia García Soubriet, hija de Francisco García Pavón. - Foto: Pablo Lorente

Sus palabras transmiten ese amor que siente por Tomelloso y por su padre, Francisco García Pavón, considerado el padre de la novela negra española y Premio Nadal en 1969 por Las hermanas coloradas. Este año, su localidad natal, le rinde un emotivo reconocimiento cuando se cumple un siglo de su nacimiento. 

 

Tomelloso celebra este año el centenario del nacimiento de su escritor y crítico literario más universal, Francisco García Pavón. ¿Cree que este reconocimiento llega tarde?

Lo importante es que llegue y que se tenga la oportunidad de acercar otra vez la obra de mi padre a la gente; que llegue a las bibliotecas, que se reediten las obras y que se haga una exposición que también permita a la gente acercarse a su trayectoria vital y laboral. Y eso es realmente lo importante.

Gracias a este efeméride se vuelve a colocar a Tomelloso en el eje de la cultura. ¿Es necesario que se le preste más atención a la cultura?

Eso fue lo que él intentó toda la vida, acercar la cultura de Tomelloso. Y lo hizo desde que empezó a estudiar la carrera y entrara en contacto con escritores, muchos de ellos compañeros universitarios, y profesores como Dámaso Alonso, hasta su participación en diferentes tertulias y colaboraciones en el ateneo y revistas. A través de su libro Tres ensayos y una carta toma conciencia de las carencias de La Mancha, una tierra un poco olvidada y de paso en relación con otras provincias, por lo que trae a toda esa gente para que den conferencias y participen en otro tipo de actividades como las Jornadas Literarias de La Mancha. Dentro de sus posibilidades, acercó la cultura a Tomelloso, municipio que debe seguir haciendo ese esfuerzo.

El centenario no podía arrancar de mejor manera que con la reedición de uno de sus libros Tres ensayos y una carta. ¿Ha cambiado mucho La Mancha desde ese primer libro de 1951?

Claro que sí. Se trata de una serie de artículos que se publican en un medio local y que pasan desapercibidos, por lo que decide editarlos en 1951 y contar la situación de La Mancha desde el punto de vista histórico, social y político, pero también el carácter y la forma de ser del manchego. Trabajó en la biblioteca municipal, donde se encontró con el archivo de Tomelloso, y cree que es su deber organizar todo ese material que había dejado el secretario del Ayuntamiento anterior. Eso le permite conocer en profundidad Tomelloso y La Mancha.

La inspiración de García Pavón está basada en Tomelloso, muy presente en su obra creativa y literaria. Mucho es lo que no se sabe de su implicación con la historia de este municipio. De hecho, creó la Fiesta de las Letras. ¿Los tomelloseros son conscientes de su universalidad?

Hay una gran parte de tomelloseros que sí, vecinos y amigos que vieron y vivieron el trabajo enorme que hizo. También, a través de su obra, hizo conocer a La Mancha en todas las partes ganando premios como el Nadal. Pero a partir de una edad hay gente que desconoce el legado de García Pavón, por lo que el centenario va a permitir acercarse un poco a esa obra y quizás conseguir que algunos lean a mi padre y a otros muchos.

Muchos identifican a García Pavón con sus 'Plinios', ¿pero es mucho más que eso, no?

Plinio, con la serie de televisión, se convirtió en la imagen de la figura. Pero escribió sobre teatro y La Mancha, cuentos, etc. Hizo muchas cosas y siempre estuvo trabajando para la cultura. Plinio no es lo único de su obra, ni mucho menos. Una obra que hay defender.

En su obra están muy presentes la muerte y el sexo. Y todo tratado con mucho sentido del humor. Tenía una socarronería muy especial, y muy manchega. ¿Era así en la vida del día a día con su familia?

También tenía esa parte, pero donde más se ve esa vena es en la literatura porque era un poco tímido e introvertido. Captó muy bien el sentido de humor de La Mancha y esa visión de la vida, el sexo y la muerte supo transmitirlo muy bien. Era una buena persona, y además, inteligente y comprensivo. Siempre nos educó cerca de la cultura y la libertad, y para mí ha sido un regalo y un privilegio haber tenido un padre así.

La familia se trasladó a Madrid. A pesar de eso, ¿se sigue manteniendo vinculación con la localidad?

Siempre hemos estado muy unidos a Tomelloso porque mi padres adoraban Tomelloso. De hecho, aunque ahora no vengamos tanto, siempre tendremos ahí un vínculo muy grande con La Mancha, y eso no va a desaparecer nunca.

El centenario ha arrancado con la reedición de uno de sus libros. ¿Qué más actividades hay organizadas?

La familia está preparando una exposición con objetos personales para que la gente que quiera pueda acercarse a su vida y a su obra, además de la reedición de las obras completas y unos cursos de verano que realizará la Universidad junto con algunas charlas en bibliotecas. Actividades que van a acercar su obra a la gente. Hay escritores buenísimos de los que apenas de habla, por lo que creo que es un deber hablar de ellos y hacerlo llegar a los colegios e institutos y demás centros educativos. Es un patrimonio cultural importantísimo, y eso no se debe perder.

Y después de este centenario...

Nosotros ya estamos satisfechos y muy agradecidos con este centenario. Es un honor. Seguiré siempre a disposición de todo el mundo que necesite conocer y saber más sobre la obra de mi padre. Hay muchas cosas para seguir trabajando sobre su obra.