Skydweller deja el aeropuerto por "motivos técnicos"

R. Ch
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Los drones de Skydweller abandonan Ciudad Real y se fabricarán en Valdepeñas, sustituyendo el aeropuerto de la capital por el campo de vuelo Manuel Sánchez

Skydweller deja el aeropuerto por "motivos técnicos" - Foto: Pablo Lorente

Iba a ser la primera empresa en instalarse en el aeropuerto de Ciudad Real, donde iba a fabricar sistemas de vuelo no tripulados alimentados con energía solar, o lo que es lo mismo, drones de vuelo perpetuo. Sin embargo, no será en estas instalaciones aeroportuarias donde lo haga, sino en Valdepeñas, donde Skydweller, finalmente, pondrá en marcha una línea de negocio que, en un periodo de cuatro años, al menos cuando se pretendía instalar en Ciudad Real, aspiraba a alcanzar una producción de 18 unidades anuales y una generación directa de empleo de 150 puestos de trabajo, en su inmensa mayoría de alta cualificación. 

«El proyecto, por razones técnicas y operativas, ha debido trasladarse desde Ciudad Real a Valdepeñas», confirmó ayer el asesor ejecutivo de Skydweller, Enrique Moreno, a La Tribuna, al mismo que también indicó que se mantiene intacto «el compromiso con la provincia de Ciudad Real», cambiando el aeropuerto por Valdepeñas y más en concreto, por su campo de vuelo Manuel Sánchez, del que el Ayuntamiento abre ahora un proceso para dar contenido a una zona donde Skydweller aspira a convertirse en gestor.

La empresa cuenta con capital italiano, alemán, francés y estadounidense, y a la que también se sumó la Junta de Comunidades y la propia CRIA, la promotora del aeropuerto que entraba en ese accionariado a cambio de la cesión de los terrenos, contemplaba el inicio de las obras de un hangar en el aeropuerto ciudadrealeño en el mes de julio del año pasado y que no llegó a construirse.

Skydweller deja el aeropuerto por Skydweller deja el aeropuerto por "motivos técnicos" - Foto: Rueda VillaverdePrecisamente desde el Gobierno regional apuntaron ayer, a través de su Consejería de Economía, Empresas y Empleo, que la instalación y desarrollo del proyecto, calificado como de «alto componente innovador», será positiva para la región y recordaron «todos los esfuerzos institucionales» realizados «al máximo nivel» para traer a la empresa a la región y más en concreto al aeropuerto de Ciudad Real. Hasta allí se desplazó el propio presidente autonómico, Emiliano García-Page, que fue testigo de la firma el pasado mes de febrero en las instalaciones aeroportuarias entre las dos partes, pero recordaron que tras poner «todas las condiciones y hacer todos los esfuerzos posibles, es una negociación entre dos partes» la que deben sacar adelante el proyecto que, finalmente, apunta a que verá la luz en Valdepeñas.

Eso sí, para eso tendrá que recibir aún el visto bueno AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, que deberá aprobar el proyecto para instalar el asfaltado y la instalación de la carpa para proceder a la operación de la aeronave. A fecha de 31 de octubre, AESA ya resolvió, a petición municipal, modificar la autorización de centro de vuelo de Valdepeñas en aeródromo de uso restringido para que puedan operar, en la infraestructura, aeronaves distintas de las ultraligeras.

El proyecto valdepeñero que quiere poner en marcha Skydweller incluye la creación de instalaciones para la fabricación de aviones posteriormente transformados en drones solares autónomos y para actuaciones en los mercados de vigilancia global y defensa, provisión de imágenes y datos digitales y telecomunicaciones.  Así se desprende de los documentos a los que ha tenido acceso este periódico en los que el Ayuntamiento de Valdepeñas aborda la necesidad y oportunidad de ceder onerosamente los derechos de superficie constituidos sobre terrenos linderos al campo de vuelo Manuel Sánchez,  que consta de pista asfaltada e instalaciones propias, ocupando 155.000 metros cuadrados. El área total de este viejo campo de vuelo para aeronaves ultraligerases llega a las 60 hectáreas, lindando con la traza prevista para la futura autovía del IV Centenario, con acceso principal desde la carretera CM-3109 a La Solana al este, y desde el Carril del Yeso al oeste. Se encuentra a dos kilómetros del suelo urbano y tres del centro de Valdepeñas, a medio camino entre Valdepeñas y Baños del Peral.

El documento de justificación que expone Skydweller ante el Ayuntamiento divide sus operaciones en este nuevo proyecto en dos etapas: una temporal, con instalaciones desmontables «en las que trataremos de ensamblar nuestro prototipo y modificar aquellos componentes de aviónica, que se hagan necesarios, y hasta su transformación definitiva en OPV» y una segunda fase «definitiva, mediante la construcción de hangares y oficinas que permitan el desarrollo y la fabricación en serie, de estos aviones transformados en drones». 

Skydweller indica ahora la urgencia de la cesión del uso de los terrenos en el proyecto para la implantación de la base de construcción, mantenimiento y operación de la aeronave de en el Aeródromo Manuel Sánchez de Valdepeñas, donde apunta «las buenas condiciones climáticas de la región, las instalaciones existentes y la cooperación y predisposición de los organismos implicados e interesados en la explotación de dichas instalaciones, ya que actualmente están en desuso y no tienen actividades aeronáuticas». 

La empresa, en la documentación, explica que para desarrollar la primera fase del proyecto, en la que se instalará una carpa y se ejecutará un asfaltado en los terrenos del aeródromo, será necesario adquirir el derecho de cesión de los terrenos. El estado proyectado de esta primera fase, en una fase inicial de operaciones, sólo se prevé la construcción de una de las dos carpas. La segunda se tratará como una opción de back-up «siempre y cuando el desarrollo de las instalaciones definitivas, demorasen los plazos de entrega globales y contemplados dentro del proyecto». 

La cesión del uso es por un plazo de cuatro años por un importe que ronda los 95.000 euros. Se trata de una iniciativa tecnológica que eligió Castilla-La Mancha para su ubicación «después de contemplar once países y de analizar tres o cuatro posibles emplazamientos dentro del territorio español», según aseguró en su día a este diario Enrique Navarro, asesor ejecutivo de la firma. La fase inicial del proyecto, con una duración aproximada de 18 meses, contemplaba en su implantación en Ciudad Real con una inversión total de entre 30 y 35 millones de euros, y en un lustro ese montante habrá crecido hasta los 60 millones.