Música para cerrar el año

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El Gran Teatro de la localidad se llenó de público para disfrutar del concierto de fin de año que ofreció la banda AMC, un evento especial que contó con grandes piezas musicales

Música para cerrar el año

Un año más, la música y el tono desenfadado no defraudaron en el Gran Teatro de Manzanares el pasado 28 de diciembre en el tradicional concierto de fin de año que por estas fechas suele ofrecer la banda de la AMC a una concurrida audiencia que llenó hasta la bandera el auditorio de esta localidad. Con una primera parte cuya obra inicial ya hacía presagiar lo que iba a pasar en el escenario, la formación de la AMC Julián Sánchez Maroto comenzó este concierto tan especial dentro de su programación anual. Especial porque para ellos es una ocasión única en la que se reencuentran muchos músicos que por sus circunstancias académicas o profesionales se encuentran fuera, recuperando incluso a sus internacionales; porque el humor y las bromas vuelven a estar presentes provocando las carcajadas del público prácticamente durante toda la segunda parte y porque de nuevo el talento musical la visión cómica de algunos de sus integrantes sorprendieron una vez más.

Bajo la batuta de Eduardo Gallego Ballesteros, que movió magistralmente los hilos de la banda convirtiéndola en su marioneta, una selección de Pesadilla antes de Navidad de Danny Elfman abrió el programa. El compositor francés Camille Saint-Saëns estuvo doblemente presente con sus Danza Macabra y Danza Bacanal, música de baile pero con una intencionalidad muy diferente en la línea del leit motiv del repertorio. Y así, con ese tono de broma empezó la segunda parte con la interpretación de Patricia Nieto-Márquez Agudo y su menguante clarinete de Immer Kleiner de Adolf Schreiner, arrancando no solo los aplausos por su virtuosismo sino también las risas por su desparpajo y gracia. A esta divertida pieza la siguieron dos valses atípicos en el repertorio navideño de dos compositores rusos que quisieron, con cierto tono dramático que contrasta con la alegre música de baile, mostrar su crítica al totalitarismo ejercido por Stalin, la Mascarada de Aram Khachaturian y el Vals nº 2 de Dimitri Shostakóvich.

Llegó el turno del segundo solista de la noche, Pablo Pérez Calero, para interpretar la Serenata del Café,de Ted Huggens, quien quiso darle un aire muy regionalista a esta pieza sustituyendo los solos de la taza de porcelana por los del menaje necesario con el acompañó las gachas que se comió en el escenario, botella de vino de la localidad incluida. Se subraya su virtuosismo y la finura de su interpretación con estos instrumentos que dejó boquiabierto al público presente. Para cerrar la actuación, la banda ofreció un trabajado arreglo de temas navideños realizado por Leroy Anderson, A Christmas Festival, y la tradicional Marcha Radetzky de Johann Strauss, arreglada por Alfred Reed.Un gran evento musical que acogió con agrado la localidad.