"A los alumnos de cuarto les llegan ofertas de trabajo"

H. L. M.
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"Preferimos tener un número controlado de alumnos en Enología y que cuando salgan tengan trabajo"

"A los alumnos de cuarto les llegan ofertas de trabajo" - Foto: Rueda Villaverde

Nacido en Talavera de la Reina y con 54 años, Jesús López es profesor de la Escuela de Ingeniería de Agrónomos y defensor de una ingeniería clave para Castilla-La Mancha aunque desconocido para el gran público. La escuela de agrónomos está llena de carteles en los que se recuerda que el paro entre los ingenieros de agrónomos es un desconocido ya que el empleo al finalizar la ingeniería puede ir desde el trabajo bancario, en oficinas rurales, al diseño de las mayores infraestructuras de la región o a ser pilotos de drones. En 1969 se creó esta institución que pasó después a formar parte de la UCLM y ha visto evolucionar una de las profesiones en las que hay menos paro y clave para el desarrollo de la industria y el mantenimiento de la población en nuestra región.

¿Qué suponen los 50 años que cumple en este 2019 la escuela de agrónomos?

Es una escuela que se inserta muy bien en su comunidad y que produce los técnicos que mejor se pueden insertar en el mercado laboral. Esto es así en el sentido físico y metafísico, ya que el campo está en todos los sitios y la industria agroalimentaria están todos los municipios por lo que la inserción que tenemos es importante. Se trata de una escuela que produce los técnicos necesarios para las cooperativas, para producir los alimentos que queramos o para la calidad en las industrias. Además llevamos los proyectos en el campo agroindustrial donde somos los técnicos mejor cualificados. Esto implica que si hay que hacer una bodega siempre será una bodega mucho mejor diseñada la que haga un ingeniero agrónomo. Del mismo modo, hay muchas ingenierías que estudian la hidráulica pero no hay ninguna que la estudie desde el punto de vista de las plantas, con lo que quien puede diseñar realmente los riegos, nosotros. Tenemos ahí algún cartel que pone que tenemos la mala costumbre de comer tres veces al día y eso siempre será óbice para que los agrónomos tengamos trabajo.

¿Qué ha cambiado del años 69 al 2019?

La primera etapa de la escuela de agrónomos no la conocí pero cuando llegué aquí descubrí que hay cincuenta campos diferentes en los que trabajar: los suelos, los cultivos leñosos, los cultivos herbáceos, la propia producción animal con el tema de agropecuaria. Se picotea de muchísimas cosas y luego cada uno se centra en lo que quiera. Yo me centré en las estructuras pro otros se han ido hacia los suelos o la tecnología de drones. Esto nos permite formar al alumno de una forma muy integral.

En la época actual, estudiar agrónomos es saber algo más que el simple campo...

Es saber del mundo rural y del mundo industrial. Se piensa en el campo como el tractor pero eso es una pequeña parte. Ahí es donde está el gran fallo de la sociedad, en pensar los chicos jóvenes que la educación es para eso. Aquí hay mucha gente trabajando en temas económicos, como directores de sucursales bancarias que son precisamente ingenieros agrónomos por la gran base que tenemos en Economía y la importancia que tiene la economía rural en los pueblos.

De hecho, llama la atención al pasar a la escuela que haya un cartel recordando que es una ingeniería sin paro.

No hay paro en esta profesión y en el teléfono tenemos mensajes de los colegios pidiendo profesionales para todo. A los alumnos nuestros de cuarto les llegan ofertas de trabajo y simultáneamente les pedimos que no se vayan a trabajar todavía y que retrasen la inserción laboral porque si estudian el máster, estarán en una situación más elevada en el escalón de los conocimientos, y, en caso de que llegue otra hipotética crisis, sea más difícil que le llegue a ellos. Estamos intentando que se enganchen con el máster y, de hecho, somos en proporción la escuela de España que más alumnos que terminan el grado hacen el máster.

¿Hace falta más agrónomos?

Hacen falta muchos más porque es el técnico que mejor se va a adaptar a las condiciones que tenemos y es conveniente aumentar el número de alumnos pero por cuestiones socio-económicas y sociológicas es difícil llegar a la población para que se dé cuenta de que es un nicho de trabajo impresionante.

¿Qué ha pasado para que esta situación no cale en la sociedad y que los estudiantes piensen más en industriales o informática como carreras sin paro?

Las personas tienen ideas preconcebidas y consideran que informática tiene más salidas que esto, pero la ingeniería informática al no estar regulada, la gente no sabe cuando se es graduado, técnico o superior. Aquí no pasa esto. Nadie tiene que decir a una profesión como agrónomos, con más de 160 años, sus competencias. Hay una situación de conocimiento y de marketing por la que no hemos sabido nunca mostrar que esto es una profesión en la que el nivel de inserción laboral es tremendamente alto.

¿Qué va a suponer el grado de enología para la escuela de agrónomos?

Esperemos que sea un revulsivo por la gente que va a entrar. Hay que tener claro que la profesión de enólogo es una profesión muy concreta y que viene de ser una FP, que se ha incrementado en conocimientos desde que se incluyó en la universidad. Solo hay siete universidades en España en las que se puede estudiar el grado y parece razonable que Castilla-La Mancha tenga un lugar en el que se puedan formar enólogos. Hay que tener en cuenta que los enólogos tienen que trabajar con bodegas y que el número de bodegas es finito, además cada enólogo suele llevar más de una bodega, por lo que no esperamos una gran avalancha de alumnos. De hecho preferimos tener un número controlado de alumnos y que estos cuando salgan tengan trabajo. Empezaremos poco a poco pero la gran suerte que tenemos en esta escuela es que todos los alumnos de lo que sea tienen aseguradas unas prácticas muy buenas porque tenemos más empresas que alumnos y cada uno elige la empresa en la que hacer la práctica.

¿Hasta cuándo puede durar esta profesión sin paro y con tan pocos alumnos?

El problema está en que cada vez va a haber más intrusismo porque si no se cubren los empleos por ingenieros agrónomos se cubrirá por otras personas. Tenemos la mala costumbre de comer y hay que producir alimentos y eses alimentos se producirá por las buenas o por las malas pero hay que seguir produciendo alimentos.

¿De todos modos ya existe un máster de enología en la escuela?

El grado de enología lo empezamos este año pero el máster de enología lo llevamos impartiendo ya unos años. Este es un máster de investigación, no es profesionalizante y entran técnicos muy diferentes, desde el derecho, la economía o la agronomía. Lo que hacen en un año es formarse en el mundo de la enología, comercialización y viticultura, no son enólogos. El otro máster que tenemos es el de Ingeniería Agronómica, que es de año y medio, y a él solo pueden entrar los graduados de agronomía. Es el máster que permite que los estudiantes sigan avanzando en conocimientos, hacer doctorados y seguir en el camino.

¿Cómo se explica el cambio climático en la escuela?

Una de las medidas en que se aborda este tema es el riego, que no es echar agua, eso lo puede hacer un ingeniero de caminos o industrial, ya que cualquier rama de la ingeniería tiene hidráulica y no hay problema. El problema es conocer a las plantas, que tienen sus necesidades en momentos concretos y partiendo de que no tenemos todo el agua suficiente para echar el agua que queramos, hay que optimizarla, echarla cuando se necesita. Así podemos ahorrar. Hablamos siempre de riegos deficitarios y el cambio climático ese ve en todas las asignaturas que hacen referencia a riegos y a plantas como citotecnia, ciencia y tecnología del medio ambiente en cultivos leñosos y herbáceos... Cada profesor pone su grano de arena y lógicamente con todo eso el alumno sale con una capacidad importante de adaptar las necesidades hídricas a la climatología.

Más allá de las necesidades en agrónomos se piensa y se diseñan las infraestructuras.

Los canales los estudiamos aquí y los pivotes también los hacemos nosotros no los industriales, pero no podemos estar siempre con la banderita y decir que somos nosotros los que los hacemos.

¿Qué ha pasado en el campo para que el cereal vaya desapareciendo en favor del leñoso?

Se trata de la rentabilidad que es una de las cosas fundamentales de la titulación porque la para un agricultor es clave. Si los precios el cereal no mantienen las previsiones que uno quiere se buscan alternativas y una de ellas, hoy en día, es el cultivo leñoso. La vid y el olivo son esenciales pero hay otros cultuvo alternativos que van llenando cada vez más espacio en la región como son las nuevas variedades de los almendros o pistachos, donde se buscan otras variedades que florezcan más tarde y que permitan evitar las heladas, que es el fenómeno, que se temía porque las variedades anteriores florecían pronto. Ahora se van buscando variedades que florezcan más tarde y que se adapten mejor a nuestro clima. También es verdad que exigen mayor consumo de agua y que el agua es limitada, más teniendo en cuenta que somos una comunidad acomodaticia y no somos capaces de defender lo que tenemos. Yo soy de Talavera y creo que el agua es un tema esencial y no es razonable que en los últimos 40 años el Tajo haya estado como ha estado y no es razonable que el agua se haya consumido más en otras comunidades que aquí o que se esté produciendo riqueza en otros sitios. Entre otras cosas creo esto porque esta tierra es seca.

Más allá de estas situaciones, los leñosos tienen ciertos beneficiosos en un plano mkeramente sociológico.

Para ello basta con fijarse en los pueblos más importantes de la provincia y salvo alguno que tiene una industria no relacionada con el campo en ellos hay industrias cárnicas, almazaras o bodegas.El gran viñedo permite fijar población con el olivo pasa exactamente igual porque el cultivo leñoso requiere un mantenimiento para el que no existe alternativa en los cultivos herbáceos y siempre fijará más la población.