Irá al juzgado si se cuestionan los derechos de la región

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El presidente señaló «no tiene nada que ver ni con las mayorías ni con las minorías», sino que es «de sentido común y forma parte de la bóveda de la Constitución»

Irá al juzgado si se cuestionan los derechos de la región - Foto: Javier Pozo

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afirmó que acudirá, si es necesario, a los tribunales si aprecia que se ponen en cuestión los derechos políticos, económicos o a opinar de los ciudadanos de Castilla-La Mancha. En un acto en Sigüenza, el presidente castellano-manchego señaló que el derecho a la igualdad de oportunidades es «el eje central» de la Constitución española, por lo que reivindicó que «digan lo que digan», la soberanía corresponde a todos los ciudadanos de España y «nunca será posible que cuando se trate de decidir sobre lo de todos, pueda decidir solo una parte» y remarcó: «Pero nunca».

El presidente castellano-manchego señaló que este punto «no tiene nada que ver ni con las mayorías ni con las minorías», sino que es «de sentido común y forma parte de la bóveda de la Constitución», por lo que abogó por contar con «esa seguridad y esa confianza» y por «hacer esfuerzos para apartar el ruido».

En este sentido, apuntó que Castilla-La Mancha, como comunidad autónoma, también es un actor constitucional y por ello declaró «en público, para que lo exijan por si acaso» se echa atrás o «alguien lo pretende» que en el momento en que aprecie y entienda, como presidente autonómico -«no cuando algunos lo quieran utilizar»-, que «se ponen en cuestión los derechos políticos, a opinar o económicos» de los castellano-manchegos, actuará y acudirá, si es necesario, a los tribunales.

«Reclamaremos nuestros derechos porque no somos espectadores de lo que está pasando. Somos y queremos ser protagonistas porque ese es el papel que se nos ha encomendado y además es una forma de contribuir a nuestra propia cultura», afirmó García-Page.

Apuntó que, en la actualidad, se utiliza el idioma, la cultura y las señas de identidad «en muchos casos ficticias» como arma arrojadiza con el único objetivo de «tener privilegios», si bien sostuvo que «no ha habido en la historia de España un momento en que se pueda tener más libertad para pensar, hablar o actuar, en el idioma que se quiera» que el actual.

Por ello, consideró que «hoy es cuando menos está justificado en la historia de España que se pueda exhibir una bandera de un agravio cultural, que puede ser un pretexto o una coartada» para «no compartir o tener más».

Sin embargo, advirtió de que Castilla-La Mancha hará «una defensa de manera muy vigilante» de estos próximos años como comunidad autónoma, pues si bien ha admitido que la región «no pidió nacer» sino que «simplemente nació», subrayó que Castilla-La Mancha no nació para «ser una región que quisiera más, pero sí para no ser menos».