Un hombre ha admitido ante el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ciudad Real y la fiscal delegada de Medio Ambiente que puso veneno para animales, es decir, un delito contra la fauna previsto y penado en el artículo 336 del Código Penal toda vez que dicha sustancia en el medio natural está prohibida y por su letalidad puede ocasionar la muerte inmediata de fauna de la zona.

Los hechos enjuiciados se remontan a 2016 cuando agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil), tras "una larga investigación" comprobó que el acusado, de iniciales A. J. S., colocó en sus instalaciones ubicadas en las afueras de Ciudad Real una carcasa de pollo con veneno (carbofurano). "Lo hizo para imputar los hechos a otra persona a la que inculpaba de querer envenenar a sus animales", han indicado a este diario fuentes próximas a la investigación.

El asunto contra la otra persona se archivó tras comprobar que era el acusado quien dispuso el veneno.

La fiscal de Medio Ambiente, Arancha Vinuesa, consideró los hechos denunciados constitutivos de un delito contra la fauna previsto en el artículo 336 del Código Penal toda vez que dicha sustancia en el medio natural está prohibida y por su letalidad puede ocasionar la muerte inmediata de fauna de la zona.

El juicio señalado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Ciuda Real no llegó a celebrarse al alcanzar las partes un acuerdo de conformidad que pasa por el reconocimiento expreso de los hechos. El acusado admitió el delito y se conformó con una pena que quedó en cuatro meses de multa a razón de una cuota diaria de cinco euros y ocho meses de inhabilitación para la caza. Se aplicó la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas por datar los hechos del año 2016.