La ciudadrealeña Blanca Fernández entra en el Gobierno con dos cometidos, la Portavocía y la Consejería de Igualdad. «Me gusta mucho la Portavocía, tengo experiencia», comenta Fernández a La Tribuna, pues durante la pasada legislatura fue la portavoz del Grupo Parlamentario en las Cortes. Ahora bien, sabe que hay diferencias. «La voz del Grupo Parlamentario es más política, más libre», expone, «ahora es un plano más institucional el que tengo que jugar».
Fernández apunta que afronta el papel de ser la voz del Gobierno de Castilla-La Mancha con el propósito de «estar a la altura de poder representar la sensibilidad de la inmensa mayoría de Castilla-La Mancha».
Pero además de portavoz, Fernández tendrá que llevar la gestión de las políticas de Igualdad. Reconoce que Araceli Martínez, la directora del Instituto de la Mujer de la pasada legislatura, le ha dejado «el pabelló muy alto». Además avanzó que la propia Martínez se ha ofrecido a prestarle ayuda en alguna tarea que ha quedado pendiente como la culminación del borrador de la Ley LGTBI. Además promete poner «énfasis» en la corresponsabilidad y la conciliación.