Dolor crónico: el reto de alinear a sanidad y pacientes

Javier D. Bazaga / Toledo
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El foro sobre esta dolencia organizado por La Tribuna y la Fundación Grünenthal puso sobre la mesa algunas de las claves con las que abordar una enfermedad que afecta a 1 de cada 6 personas en nuestro país

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor estima que el 17 por ciento de la población española sufre dolor crónico. Es decir, uno de cada seis de nosotros. Una estadística que obliga a prestar una especial atención a una dolencia que supone nada menos que el segundo motivo más frecuente de consulta a la Atención Primaria. Se pueden imaginar la envergadura del impacto que esta dolencia tiene a nivel sanitario, presupuestario, y también social.

Los responsables de la Sanidad de Castilla-La Mancha han manifestado su voluntad de dar pasos firmes para una mejor administración del dolor en los pacientes, y poder abordarlo de una forma transversal en sus políticas. La Tribuna, con la colaboración de la Fundación Grünenthal, organizó la jornada virtual ‘Hacia una mejor gestión del dolor crónico: una perspectiva sanitaria, administrativa y de paciente’, en la que participaron expertos en todos estos ámbitos para analizar y dar visibilidad a una cuestión que tiene un impacto cercano a los 16.000 millones de euros en España –el 2,5% del PIB– pero, sobre todo, incide sobremanera en la calidad de vida de las personas que la padecen.

«El dolor es uno de los principales retos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios, y Castilla-La Mancha no es una excepción» afirmó en este foro informativo la directora general de Planificación, Ordenación e Inspección Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades, Carmen Encinas. De hecho, tal y como se debatió durante este encuentro, el primer paso para abordarlo es atender el dolor crónico como «una enfermedad en sí misma», a pesar de que vaya generalmente asociada a otras dolencias. Así lo ha considerado ya la Organización Mundial de la Salud (OMS), y así lo resaltó Encinas. Un primer paso con el que mostró el compromiso de la Administración regional con el dolor aún siendo su prevalencia en la región algo menor que la media nacional.

En este sentido, el Ejecutivo regional ultima su Plan de Salud que contempla entre sus objetivos «orientar la organización del sistema hacia el conocimiento y el abordaje de la cronicidad y la prevención de la fragilidad». «Es ahí donde tienen que estar todas las actuaciones coordinadas» de este plan en el que están dando los «últimos pasos», y que lo incorpora con una perspectiva transversal, insistió Encinas. Este plan, que dibuja un horizonte hasta 2025, contempla aspectos que serán de especial relevancia para la mejora del tratamiento y atención al dolor crónico como son le sostenibilidad del sistema sanitario, la humanización de la asistencia, poner a los profesionales como un valor esencial del sistema y abordar un cambio organizativo.

 

Desde abajo

Algo por otro lado necesario si tenemos en cuenta ese gran impacto que tiene esta enfermedad en la calidad de vida de las personas y que llega, en un primer momento, a la Atención Primaria. «Es la puerta de entrada del ciudadano a la Sanidad y donde debemos manejar el dolor de la forma más empática y resolutiva posible» expuso el doctor Pedro Tárraga, médico de Atención Primaria, profesor de Medicina y director del Máster de Tratamiento del Dolor en la Universidad de Castilla-La Mancha. Tárraga puso el acento en la empatía con el paciente pero también en la adecuada formación de estos médicos «necesaria para manejar la escalera del dolor». Una reivindicación que encontró su eco en el doctor Martín Arcas, anestesiólogo, presidente de la Sociedad castellano-manchega del dolor y coordinador de la Unidad del Dolor del Complejo Hospitalario de Albacete. «Son la primera linea de fuego de la atención al dolor, y es una dolencia que requiere de un abordaje multidisciplinario», indicó. «De ahí la importancia de que la Atención Primaria tenga que tener conocimientos y formación, en el tratamiento farmacológico sobre todo» matizó. En este punto se preguntó si están capacitados para hacerlo, y él mismo se respondió: «sí, pero es posible que les falte esa formación». Tampoco dudó el doctor Arcas a la hora de reivindicar más recursos a la Administración regional precisamente para hacer de esa atención al dolor más efectiva si cabe, con el refuerzo de las unidades del dolor para poder atender a esa perspectiva multidisciplinar con profesionales como traumatólogos, psicólogos, rehabilitadores o anestesiólogos.

 

Poder legislativo

Las Cortes de Castilla-La Mancha no es solo el lugar donde reside la voluntad política de los ciudadanos, también es ese altavoz que muchas veces necesita la ciudadanía para expresarse, y con esa función actúa la Comisión de Sanidad en el Parlamento regional que preside la diputada Diana López, que se encargó de enfatizar esa función de «altavoz» toda vez que consideró que «la sociedad ha normalizado este sufrimiento del dolor, y presenta poca empatía hacia este dolor». Es por eso que estimó que el papel de los diputados es «prestar oídos a los colectivos de los pacientes y presentar iniciativas una vez que somos conscientes de su padecer, y de su parecer» matizó.

No obstante, quiso hacer un llamamiento a la prudencia por parte de los políticos a la hora de lanzar determinados mensajes a la ciudadanía ya que «no todos somos sanitarios». «Somos altavoces, pero debemos siempre escuchar a los expertos y a los pacientes». López rompió aquí una lanza por este colectivo ya que «vivir sin dolor es un derecho que tenemos todos». La presidenta de la Comisión de Sanidad mencionó algunas de estas iniciativas encaminadas a una mejor atención del dolor pediátrico o los cuidados paliativos en la región.

La detección precoz «es esencial», dijo el doctor Pedro Tárraga, para abordar el dolor y evitar en la medida de lo posible que se convierta en crónico porque «el dolor crónico no se cura, se trata», abundó el doctor Martín Arcas, consciente de que una vez que los pacientes llegan a una unidad del dolor el tratamiento «se complica mucho». Para eso hace falta la «empatía» ya mencionada anteriormente porque, tal y como puso de manifiesto Diana López, el impacto emocional de un paciente que no es creído hace que la sociedad no sea sensible al problema y el paciente acabe «estigmatizado». «Al paciente hay que escucharle. Cuando se les dice lo que les pasa se van llorando porque se les ha atendido bien», agregó Arcas.

No pasó por alto durante este foro que esta enfermedad –«todo síntoma que se convierte en crónico pasa a ser una enfermedad», ahondó el doctor Arcas–, tiene importantes consecuencias psicológicas, sociales y emocionales en las personas que lo padecen, por lo que cabe aquí subrayar que existe un grupo de población que presenta una mayor prevalencia, como es el de las mujeres. Carmen Encinas puso de ejemplo el dolor de espalda crónico cervical, uno de los más fuertes, y que según la última Encuesta Nacional de Salud manifestó haberlo sufrido el 7% de los hombres mayores de 15 años en los últimos doce meses en Castilla-La Mancha, frente al 18% en el caso de las mujeres. «Son unos números realmente llamativos que hace que tengamos que poner el foco en esta realidad» adujo Encinas.

Así, «la humanización del dolor» fue una de las principales conclusiones a las que se llegó en este foro virtual como subrayó el doctor Tárraga. También «potenciar la comunicación» entre los distintos departamentos para mejorar la atención, expresó el doctor Arcas. «Contribuir a la visibilización del dolor» es otra de las claves que en este caso recae en las instituciones públicas como el Parlamento regional para promover la sensibilización de la sociedad hacia esta dolencia, apuntó López. «Tenemos muchas lecciones aprendidas que aplicar en el dolor, y lo haremos desde este Plan de Salud con todos sus objetivos estratégicos» se comprometió Carmen Encinas.

El evento virtual lo clausuró el doctor Juan Pérez Cajaraville, coordinador de unidad del dolor y patrono de la Fundación Grünenthal, que agradeció a los asistentes que hubieran centrado el foco en este debate en los pacientes y en el esfuerzo por mejorar su calidad de vida desde los primeros escalones de la Sanidad regional, y seguir comprometidos con su mejora desde la planificación a largo plazo.