La dirección de la Feria Nacional del Vino (Fenavin) ha lamentado el fallecimiento de Román Cantarero, premiado en una de sus primeras ediciones con el galardón 'Una vida dedicada al vino'. A través de las redes sociales, Fenavin manda su "pésame y afecto" a toda su familia.
Román Cantarero (1932, Fuente de Pedro Naharro, Cuenca), una de las personas que más impulsó el vino durante décadas en Castilla-La Mancha, falleció la pasada madrugada a los 89 años de edad. Cantarero fue uno de los impulsores y embajadores más importantes que tuvo la Feria Nacional del Vino (Fenavin) en sus inicios junto al daimieleño Rafael Díaz Salazar, fallecido también recientemente.
El fundador de una de las industrias vitivinícolas más importantes de la provincia, Alvinesa (Daimiel), ha sido uno de las personalidades más respetadas en el sector tanto en Castilla-La Mancha como en el resto del país por la creación de una red de siete destilerías que Román y sus hermanos desplegaron por toda España. Pero también fue un referente en la exportación del vino castellano-manchego con grandes negocios en la antigua Unión Soviética y en otros mercados. En este sentido, la familia Cantarero se ha distinguido a su vez por la apuesta del vino de denominación y de calidad a través de la Denominación de Origen Uclés a través de su buque insignia, Quercus de Bodegas Fontana.
Sobre el germen de Fenavin, el director de la feria, Manuel Juliá, reconoce en la biografía que vio la luz a primeros de año Román Cantarero Sánchez, genio y figura , que el asesoramiento tanto de Román como de Rafael fueron muy importantes: "Sin sus consejos, cuando empezamos Fenavin, sin nada, no habríamos llegado a ser el referente que hoy somos para las bodegas. Fueron consejos muy productivos".
En 2016, Román Cantarero Sánchez recibió por parte de la Asociación de Destiladores y Rectificadores de Alcoholes y Aguardientes (Adevin) un homenaje por una trayectoria dedicada al vino y al sector alcoholero donde hubo una nutrida representación de las administraciones, bodegas, cooperativas de Castilla-La Mancha y en el que se destacó su figura emprendedora e incansable por defender los intereses vitivinícolas de la región frente a otras zonas de mayor fama y calidad.
Quienes lo conocieron de cerca destacan, además de su pasión por el vino, su carácter negociador y su visión para el emprendimiento pese a descender de una familia humilde de un pequeño pueblo de Cuenca. Hecho así mismo, Cantarero ha conseguido levantar, junto a su hijo Jesús, la destilería más importante de España que, hace unos meses, fue adquirida en su mayoría por un fondo británico Intermediate Capital Group ICG convirtiéndose en una de las operaciones del año.