"Espero que la vendimia se desarrolle bien y no haya COVID"

Manuela Lillo
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El consejero de Agricultura aborda los asuntos aprobados en la DO Valdepeñas, el precio anunciado por los industriales y la vendimia más excepcional, que se desarrolla en plena pandemia de COVID. También habla de la PAC y del olivar

"Espero que la vendimia se desarrolle bien y no haya COVID"

¿Cómo valora los acuerdos adoptados la semana pasada en la Denominación de Origen Valdepeñas?

Lo valoro de forma positiva. Creo que es importante que sigamos avanzando en la DO, hemos trabajado mucho en las últimas semanas para que la Junta Directiva del jueves fuera un éxito y así ha sido. Se han aprobado cuestiones muy importantes. Citaré por un lado la convocatoria de elecciones, ya que era necesario que las elecciones se convocaran, íbamos con retraso, y esto va a servir de impulso; y, en segundo lugar, el encargo a la propia Consejería de Agricultura de una auditoría independiente que es una autoexigencia más de la DO Valdepeñas para garantizar toda la trazabilidad necesaria a los consumidores en un momento como éste. Valdepeñas quiere ser una DO de referencia y va a tener el apoyo del Gobierno regional. Queremos ir presumiendo de que en Valdepeñas las cosas se hacen bien, que nos esforzamos cada vez más por ser transparentes de cara a los consumidores, por darles lo que están demandando y todas las garantías sobre un origen que es el segundo más antiguo reconocido en España como DO de vino, un lugar que para nosotros es clave.

¿Qué opina del aumento del precio de la uva anunciado por los industriales en dicha DO?

El que las principales empresas hayan puesto precio a la uva tempranillo de DO también es una muy buena noticia porque significa de alguna manera la generalización de la vendimia en Valdepeñas y creo que son precios que garantizan la rentabilidad en un momento como éste, en el que hay que considerar las dificultades de mercado, pero también las expectativas de venta que tiene la DO. Estoy muy satisfecho de los acuerdos de la Junta Directiva, de que ya se conozcan los precios y de que además  estos precios hagan que la vendimia se desarrolle con normalidad.  

En cuanto a la auditoría, ¿mejorará la trazabilidad y será bueno para el consumidor?

Sin duda, porque es una autoexigencia que no se la ha puesto ninguna otra DO en España. Valdepeñas hace un esfuerzo tremendo, del cual muchas veces no presumimos, nos quedamos en las batallas comerciales, lógicas entre empresas que trabajan en el mismo ámbito y que además tienen muchos intereses en esta DO, pero la auditoría es muy importante porque la va a hacer una empresa independiente y además el encargo lo va a hacer la Consejería de Agricultura, no lo va a hacer ni siquiera el Consejo Regulador, y del resultado vamos a sacar conclusiones de qué es lo que tenemos que reforzar o por dónde debemos ir, cumpliendo el decálogo que está en vigor, que aprobamos en 2016, y que da muchas garantías. Probablemente, la auditoría nos indique que tenemos que incrementar ese esfuerzo y ponernos en la línea que nos plantean los consumidores: Valdepeñas a fecha de hoy ya exige las variedades blancas en la contraetiqueta, la palabra crianza también cuando el vino es crianza y en unos meses se va exigir la palabra reserva para esos vinos y estamos intentando adelantar los plazos para que en Valdepeñas cuanto antes desaperezcan las etiquetas genéricas y todas sean específicas, con indicación del tipo de vino, lo que es una mayor garantía para los consumidores. Esto no lo tienen en todos sus vinos ninguna otra DO y para nosotros es importante que en Castilla-La Mancha, Valdepeñas sea la punta de lanza como ha sido siempre.

¿Cuál debe ser el camino a seguir por lo que respecta a los rendimientos por hectárea?

En esta campaña los productores y los elaboradores han decidido mantener los rendimientos que establece el pliego de condiciones, el cual se modificó recientemente, después de un trabajo muy complicado en el marco de ese decálogo, que revisaba los rendimientos de la DO y permitía su incremento o disminución en función de la situación de las campañas. En este caso concreto se va a mantener el rendimiento que prevé el pliego para un año normal, así lo han acordado las partes, yo creo que es buena decisión, y no conviene disminuir la producción en esta campaña, pero tampoco conviene incrementarlo. Tenemos expectativas de mercado, pero también un lastre debido a la situación económica por el cierre de la restauración, sobre todo en Europa, y mucha incertidumbre sobre el futuro. Creo que es una medida de prudencia mantener el rendimiento, que satisface a todos.

Este año se desarrollará la vendimia más excepcional debido a la pandemia, ¿se han detectado casos vinculados a esta actividad o están siendo suficientes las medidas adoptadas?

En el sector agrario tengo que decir que en este momento no hay ningún brote activo en Castilla-La Mancha y que en el conjunto de España, y así nos lo transmitió el ministro de Sanidad, el sector es responsable de aproximadamente el 15% de los brotes en el país, una cifra cada vez más baja que significa que las cosas se están haciendo bien, particularmente bien en nuestra región, donde ya se han llevado a cabo campañas complicadas y en las que los problemas han sido mínimos. Afrontamos ahora la vendimia y hemos dado unas instrucciones de campaña que son obligatorias, tanto para los empresarios agrícolas como para los vendimiadores, y lo que se pretende es extremar la prudencia en la prevención de la enfermedad y garantizar la rastreabilidad en el caso de que haya positivos. Creo que Castilla-La Mancha ha dado un ejemplo a nivel nacional en la contratación de rastreadores, tenemos más por habitantes que ninguna otra región, y eso también está permitiendo que se hagan de manera eficiente y muy rápidamente los rastreos. Pretendemos que sea así en el sector agrario y por eso en las normas de campaña exigimos a los empresarios tener diariamente un listado de las personas que trabajan en la explotación, con sus teléfonos de contacto y de aquellos que conviven con ellos. Espero que la vendimia se desarrolle bien, que no tengamos casos, no podemos poner la mano en el fuego, lógicamente, pero que si los tenemos se rastreen lo más rápidamente posible y el sector agrario también en esto sea un ejemplo. Las organizaciones agrarias están muy comprometidas, se lo tengo que agradecer, y creo que estamos muy preparados en la región para afrontar esta vendimia.

¿Cómo cree que se debe encarar la comercialización del vino en esta situación de pandemia?

Creo que el sector del vino ha demostrado que tiene mucha capacidad de adaptación a cualquier circunstancia y también a la que estamos viviendo, de dificultad, y estoy convencido de que va a salir adelante y lo va a hacer reforzado. Si algún sector del vino en el mundo tiene capacidad de adaptación, de resiliencia, es el vino de Castilla-La Mancha, y eso se ha demostrado a lo largo de la historia y particularmente en los últimos años, en los que hemos incrementado mercados en los que antes era impensable encontrar vino de la región. Durante el confinamiento, el vino de la DO incrementó sus ventas un 25% en la distribución alimentaria. Esto no compensa la caída de los mercados internacionales, sobre todo del granel, y el cierre de la restauración, por ello es el momento de seguir trabajando, buscando mercados y la apuesta del Gobierno regional y creo que debe ser la del sector es trasladar un mensaje de calidad, así lo hacemos, limitando los rendimientos productivos, exigiendo un grado mínimo de la uva a la entrada el bodega, el pago diferenciado de la uva en función de la calidad... Muchas medidas que se han tomado y todas orientadas a la calidad y eso significa un producto embotellado, de DO y con etiquetas en las que se vea el nombre de Castilla-La Mancha. Tenemos un vino de calidad y es necesario que los consumidores reconozcan la calidad vinculada al nombre de la región y en eso estamos.  

¿Cómo se afronta la propia promoción del vino por parte de la Fundación Tierra de Viñedos?

Al inicio de la pandemia tuvimos que suspender todas las actividades previstas, fundamentalmente las catas. Con la desescalada empezamos a organizar algunas presenciales pero más reducidas. Tenemos mucha demanda en la Fundación Tierra de Viñedos y las hemos mantenido por la importancia que tiene para los propios pueblos y también para seguir manteniendo ese esfuerzo de compromiso con la cultura del vino. También nos hemos comprometido con la Interprofesional del Vino de España en poner a disposición del sector para la promoción del vino 250.000 euros este año que están permitiendo desarrollar estas catas.  

En relación a la PAC, ¿ve posible mantener el presupuesto que llegará a la región?

Hay que decir que se cerró el acuerdo presupuestario para el próximo  periodo de programación europeo, no sólo para la PAC, incluidos los 750.000 millones de euros para la reconstrucción europea. Creo que es un acuerdo muy positivo para España en su conjunto y también va a beneficiar a Castilla-la Mancha. Estamos trabajando con el Gobierno central en la distribución de los fondos entre las comunidades autónomas para la reconstrucción por la crisis sanitaria y al mismo tiempo trabajamos para el reparto de fondos de las políticas clásicas, que es donde se incluye la PAC. Castilla-La Mancha siempre ha defendido una PAC que se dirija a los profesionales,  a los jóvenes, en la que desaparezcan los derechos históricos, que han sido muy injustos para la región, para que en la región los agricultores no cobren menos que en otras comunidades autónomas por hectárea, para que los agricultores que más necesitan del apoyo de la administración tengan un mayor apoyo y para que no se pierda ningún agricultor y ganadero como ha sucedido en los últimos años... El Ministerio nos ha hecho una propuesta que responde básicamente a los intereses de Castilla-La Mancha, nos sentimos cómodos en esa propuesta en términos generales, vamos a acabar la negociación en los próximos meses y a partir de ahí vendrá la cuestión económica. Estoy convencido de que la PAC del futuro será más útil para la región de lo que es la actual porque habrá un reparto más justo de los recursos, más eficiente y espero que no perdamos tampoco recursos.  

Antes de la pandemia, el sector agrario protagonizó grandes movilizaciones por los bajos precios de muchos productos, ¿qué solución se puede plantear?

Sobre este tema hay que reiterar la obligatoriedad de contar con los costes de producción a la hora de fijar los precios en los contratos de compraventa, así lo establece la Ley de la Cadena Alimentaria con la modificación que supuso el decreto-ley que se aprobó en los meses de la pandemia y que el Gobierno central va a convalidar. La cuestión del cálculo de los costes de producción la tiene que ver el Ministerio con las comunidades autónomas y lo tenemos que evaluar, pero creo que el sentido común nos ayuda a que las cosas funcionen. Tanto compradores como vendedores saben cuáles son aproximadamente los costes de producción aunque creo que es el Ministerio de Agricultura el que tiene que afrontar la coordinación de esta cuestión para que no haya problemas con el sector. Estamos ahora mismo en vendimia y quiero trasladar el mensaje de que se deben cumplir los costes de producción en los contratos de tienen que ser escritos, con fijación de precios y recordar que los pagos de todas las materias primas frescas se deben hacer como máximo en 30 días.  

¿Qué medidas plantea para el olivar de bajo rendimiento, que es el que tiene la situación más delicada?

Mencionaría tres posibles opciones. La primera poner en marcha un programa específico de ayuda al sector del olivar, equivalente al que tenemos en el sector del vino, que nos permita tomar decisiones de mercado. La segunda, plantear la posibilidad de que exista una ayuda acoplada vinculada a la producción para el olivar de bajo rendimiento, sería un excelente mensaje para un sector que necesita del apoyo de la administración y es un modelo de producción a preservar. La tercera, trabajar para que tenga más ayuda directa de lo que los agricultores llaman la PAC que tiene el olivar intensivo o superintensivo. Hasta ahora ha sido al revés. Espero  que los derechos históricos desaparezcan, lo hemos pedido prácticamente todas las comunidades autónomas al Ministerio, y vamos a ir a un modelo de igualar las ayudas para el mismo tipo de producción y dentro de él, es más lógico ayudar al olivar que más necesita de la administración.