La historia se ha vuelto a repetir para el Viña Albali Valdepeñas. Una vez más, lo que debía haber sido un fin de semana con competición se convertía en momentos de frustración y preocupación. El positivo detectado el viernes en los test a los que se sometió la plantilla vinatera, obligatorios cada semana, condenaba al club a solicitar el aplazamiento del partido previsto para ayer contra el Cartagena, como así decretaba el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol. Y es que, pese a contar con los test negativos del resto de la plantilla, la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha decretaba 10 días de confinamiento de todos sus miembros.

Echando cuentas, esta cuarentena se extendería hasta el lunes 23 de noviembre. Así, además de este aplazado contra Cartagena, en teoría también se suspenderían los que estaban previstos para esta semana, el del miércoles contra el Córdoba Patrimonio y el del fin de semana ante el Movistar Inter.

De momento, Competición sólo aplazó el de ayer, pero el Viña Albali Valdepeñas ha remitido toda la documentación que le ha facilitado Epidemiología, necesaria para que desde este organismo se aplacen también los dos siguientes, algo que comunicará en breve.

Además, hay que recordar que el equipo de David Ramos ya acumulaba dos partidos aplazados, el de la segunda jornada contra el Jaén y el de la sexta frente al Barça B. «Ya sabíamos que esto iba a ser así hasta el final», afirma un resignado Joan Linares, director deportivo del club, que antepone a todo el hecho de que la persona contagiada esté bien de salud y en casa sin síntomas.

Si el virus lo permite, el reto será encontrar fechas en el calendario para recuperar estos partidos, y más cuando Competición está exigiendo que se recuperen por orden, lo que dificulta aún más la misión. Según el calendario, la semana siguiente no hay partido programado a mitad, solo el fin de semana (en casa contra Ribera Navarra).