La Policía para un coche con sillas de playa por asiento

Justo Monroy
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La parte trasera estaba ocupada por una hamaca entre dos cojines. La intercepción se produjo en la gasolinera del parque comercial La Abadía en Toledo. Para el SPL ha sido, de momento, la mayor imprudencia del verano

La Policía para un coche con sillas de playa por asiento

El vehículo estaba prácticamente desguazado por dentro. De forma que en el lugar de los ausentes asientos delanteros, había dos sillas de playa; y el asiento trasero lo conformaba una hamaca, entre cojines. Esta es la sorprendente estampa que se encontraron los agentes de la Policía Local de Toledo que interceptaron el viejo turismo de la casa Renault en el la gasolinera de Alcampo en el Centro Comercial La Abadía.

La actuación se desarrolló durante la noche del miércoles. En realidad fue la patrulla de la Policía Nacional quien dio el aviso, requiriendo a sus compañeros locales. Estos se llevaron la sorpresa al llegar al centro comercial. Procedieron a hacer la denuncia, inmovilizar el vehículo y pedir su retirada por grúa. «Porque no estaba en circunstancias de seguir circulando», apunta el presidente del Sindicato de la Policía Local (SPL), Carlos Morcillo.

Sorpresa policial. Tan insólita actuación se ha merecido un tweet por parte del SPL de Toledo, que ha tenido bastante repercusión en la ciudad. En el mismo, apunta que «debemos reconocer que a nosotros también nos sorprendió». Además, lo acompaña con los hashtag #PorTuSeguridad y #NoEsPorLaMulta.

En realidad, explica Morcillo, los agentes llevaban unas horas comentando tan insólita actuación. Estaban muy sorprendidos, de ahí que a la postre el sindicato haya optado por subir las imágenes, tres en total, a las redes sociales. Esta intercepción ocupa, apunta Morcillo, «el puesto número uno de las cosas sorprendentes, imprudencias del verano en cuanto a modificaciones de vehículos que hemos encontrado».

Sin duda, una curiosa intervención, que bien ha podido evitar un accidente en un vehículo que no tenía fijada la silla del conductor al suelo y en el que, evidentemente, los cinturones de seguridad no servían, porque no tenían lugar para anclarse.