Castilla-La Mancha es una de las pocas regiones que todavía no ha identificado o recuperado edificios o espacios vinculados a la Guerra Civil como lugares de Patrimonio, subraya el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Castilla-La Mancha, Francisco Alía. El profesor de la Facultad de Letras matiza que este es un terreno en que están mucho más adelantadas comunidades como Valencia, Andalucía o Castilla y León.

Alía intervino ayer en el Ciclo de Conferencias Antropológicas que organiza la Asociación Castellano-manchega de Antropología (ACMA) en la Biblioteca Pública del Estado en Ciudad Real, con la charla titulada ‘Patrimonio vestigios y recuerdos de la Guerra Civil’.

En declaraciones previas a La Tribuna, el conferenciante fue más allá de los términos de la polémica, como lo ocurrido en Madrid por la retirada de placas que recordaban los nombres de los fusilados en las tapias de cementerio de la Almudena y que el Ayuntamiento de la capital ha empezado a retirar. «En Almería se han recuperado los refugios de la guerra y en un año se han producido más de 2.000 visitas», pone de ejemplo, antes de recordar otros casos como los lugares más emblemáticos de la Batalla del Ebro o del frente de la Sierra de Guadarrama, en las cercanías de Madrid.

En el caso de la provincia de Ciudad Real, el profesor considera que podría recuperarse «espacios como los antiguos aeródromos que, por cierto, están en bastante mal estado, y crear una ruta bastante atractiva». Otro de los lugares que apuesta por señalizar es la reja del palacio obispal de Ciudad Real, en la calle Caballeros, con la marca del impacto de una bala de ametralladora disparada durante los enfrentamientos entre el PCE y la CNT de las últimas semanas del bando republicano. «Pero no todo tendrían que ser edificios, también espacios en los que ocurrieron acontecimientos importantes», señala.