Moya busca la luz en el Elisa Cendrero

D. F.
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El artista nacido en Aldea del Rey muestra una colección de paisajes y algunos bodegones realizados con la técnica del pastel, que sirve de identificación al conjunto de la muestra

Moya busca la luz en el Elisa Cendrero - Foto: Tomás Fernández de Moya

El pastel, unas de las técnicas de pintura consideradas ‘secas’, puesto que los colores no necesitan de otro producto que actúe como aglutinante, es el medio preferido del pintor Feliciano Moya, que desde hace unos días y hasta finales del mes de enero muestra en el Museo Elisa Cendrero la exposición ‘Pasteles de Feliciano Moya’.

La muestra se despliega en 35 cuadros realizados a lo largo de aproximadamente un año, aunque el propio artista aldeano subraya que su producción en este tiempo fue aproximadamente el doble de lo ahora expuesto.

En una conversación con La Tribuna, Moya detalla que del pastel «me atrae la espontaneidad, la frescura, porque prácticamente desde que vas trazando el dibujo, casi vas acabando la pintura», refiere antes de comentar que «para los que somos un poquito nerviosos esa inmediatez nos permite ver resultados muy rápidos». Sin embargo, matiza que ese gusto por una técnica rápida, no es tanto por dibujar con prontitud, como porque «antes de que se escape la idea del cerebro la fijación tiene que ser muy rápida». Así, refiere: «El pastel lo llevo a mi terreno para una intervención artística del momento».

La selección de obras realizada para el Museo Elisa Cendrero abunda en el paisaje y en menor medida en el bodegón. En este sentido, Feliciano Moya asegura que «el paisaje es lo que más ha atraído, es el 90 por ciento de lo que tengo aquí y la mayoría es paisaje manchego, que es lo que me inspira y me rodea».

El artista confiesa que su interés por hacer nuevas obras parte de «la inquietud de investigar temas más originales y aunque dentro de esa línea de paisaje manchego, que sea algo distinto, en búsqueda de nuevas luces, es un poco ir a la captura y estar siempre en el candelero de la temática».

Después de un año en el que ha realizado diversas exposiciones en diferentes localidades, Feliciano Moya señala que no está dispuesto a llevar esta colección por otras salas. «Creo que una exposición individual grande, ésta será la última, no lo quiero decir al cien por cien, pero lo creo así porque desde que empezó la crisis, hacer exposiciones es perder dinero», una tendencia que empezó hace años y no tiene visos de corregirse.