En el imaginario colectivo el agua es la principal herramienta contra el fuego. Pero no siempre es así. De hecho y bajo la premisa de que la mejor manera de luchar contra los incendios es apostando por la prevención, uno de los métodos más eficaces es usar el propio fuego para reducir el riesgo de aparición de llamas. Bajo esta premisa surgen las denominadas quemas prescritas, siendo éste el nombre técnico de lo que comúnmente se conoce como quemas controladas por bomberos, en el caso de Puertollano por efectivos del Infocam.

Desde el año 2014 se llevan a cabo en la periferia de la ciudad industrial este tipo de quemas con el objetivo de reducir al máximo el riesgo de incendios forestales en zonas cercanas al casco urbano. Para ello, se prende fuego de manera artificial a zonas de pasto con la intención de que durante los meses de verano -y por tanto de mayor riesgo de incendio por las altas temperaturas- el pasto desaparezca y el fuego no encuentren un vehículo con el que desplazarse.

Aunque en los primeros años parte de la ciudadanía no compartía los beneficios de las quemas prescritas, tras seis años actuándose en diferentes puntos de la ciudad industrial, sobre todo en las zonas este y oeste, estas actuaciones se han convertido en todo un clásico de la lucha contra los incendios en las semanas previas al inicio de la temporada estival.

Fuego para combatir el fuego - Foto: Diego RodrigyuezAsí las cosas, efectivos del Infocam, tras haber analizado previamente tanto las zonas a actuar como las condiciones climatológicas imperantes, prenden fuego a diferentes puntos de la zona a tratar de tal manera que van confluyendo entre sí hasta acabar con todo el paso de la superficie a actuar y evitando en todo momento que se propague hasta otros lugares. Para ello, los subjefes de quema van indicando a sus equipos los lugares a los que aplicar fuego, tras haber colocado anteriormente a los efectivos encargados de su extinción en caso necesario para evitar sobresaltos por las llamas.

El valor de estas quemas prescritas ha hecho que el caso de Puertollano sirva de ejemplo para otros lugares, muchos de ellos de otros países, sobre cómo aplicar fuego para prevenir el fuego, sobre todo en una zona orográficamente complicada como es la ciudad industrial, que además cuenta con la peculiaridad de contar con un complejo petroquímico cercano al casco urbano y siendo atravesada por gasoductos en diferentes puntos de su subsuelo, además de contar con líneas eléctricas de alta tensión y carreteras. En 2017 estas quemas prescritas fueron analizadas en un simposio en Barcelona, el año pasado lo fueron en Toledo y éste viajarán al Wildfire en Brasil.

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