Educación esperará a decidir si hay prácticas en el Sáhara

Hilario L. Muñoz / Agencias
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La facultad mantiene sus actuaciones hasta ver cómo se desarrolla la alerta por atentado tras la Navidad, cuando se inicia la petición de visados y compra de billetes

Educación esperará a decidir si hay prácticas en el Sahara - Foto: PABLO LORENTE

La Facultad de Educación mantiene su programación sin cambios de cara al desarrollo de las prácticas en los campamentos de refugiados saharauis pese a la advertencia del Ministerio de Defensa de que hay constancia de que se puede producir «de forma inminente un grave atentado en Tinduf contra ciudadanos españoles que estén o puedan visitar la zona». La intención es seguir con los preparativos hasta la fecha tope, que es el momento en que hay que solicitar los visitados y comprar los billetes pasadas las próximas navidades.

Al conocerse la noticia este jueves, desde la facultad de Educación mantuvieron un encuentro con los encargados del proyecto, la decana, Rosario Irisarri; el vicedecano de Prácticas, Javier Cejudo, y la coordinadora del programa, Maite Bejarano, y la postura acordada es «seguir trabajando con tranquilidad para trasladarse siempre que la situación allí esté calmada políticamente», dijo esta última. «Se trata de una decisión que hoy por hoy no tenemos tomada, si fuera en las próximas semanas diría que no», indicó.

«El hecho de que haya saltado esta lamentable noticia nos hace estar a la expectativa» pero apuntó que no les paraliza el proyecto, ya que «el programa tiene distintas fases y actividades», por ejemplo este viernes hay un encuentro para crear materiales educativos para los menores saharauis o una campaña de recogida de material escolar entre los estudiantes del Campus de Ciudad Real. Se trata de una iniciativa que si no acompaña a los estudiantes, porque finalmente se anule el viaje, se enviaría por otra vía. Hay que recordar que ya se anuló el viaje de los estudiantes al Sáhara en el año 2013 por motivos de seguridad en el norte de Mali, la zona de donde el Ministerio ha indicado que parte la amenaza. 

Hay que tener en cuenta que esta situación afecta a los profesores que se encargan de la I Olimpiada Matemática y que tienen previsto partir mañana sábado. Ayer hubo una reunión para decidir si viajar o no y finalmente optaron por continuar con el viaje y decidir en Argel antes de dirigirse a los campamentos. De todos modos, apuntaron desde la organización que mantendrán las olimpiadas, enviando los materiales. Ellos son parte de los 300 españoles procedentes del País Vasco, Navarra, Castilla y León, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana que tienen previsto viajar, según la Coordinadora de Asociaciones Solidarias con el Sáhara.

Decisiones. La situación de tensión en la zona del Sáhara no es nueva y eso lo sabe el expresidente de la Diputación Nemesio de Lara, quien apuntó que él y su mujer llevan viajando más de una década a los campamentos, normalmente en Semana Santa. En uno de esos viajes ocurrió que fueron secuestrados dos cooperantes, lo que «generó mucho miedo». «El miedo es inevitable y nos tiramos siete noches sin dormir o a ratos porque el nivel de protección es relativo», recordó De Lara, quien lamentó que iniciativas claves para el pueblo saharaui estén en el aire porque «genera muchas adherencias, mucha sintonía para siempre» con los refugiados. De Lara advirtió que las alertas que lanza el Gobierno español son reales frente a quienes piensan que «el Gobierno de España ha tomado una medida alarmista» y, de hecho, esas mismas personas si ocurriera algo acusarían «al Gobierno de España», dijo De Lara, quien resumió que con esta situación «el Sáhara sigue sufriendo». 

Por su parte, Beatriz Cabañas, una de las exalumnas de la Facultad de Educación recordó que existe una frontera y una seguridad antes de llegar a los campamentos pero que se ha creado una situación en la que no se atrevería «a decir a nadie que vaya a los campamentos porque no va a pasar nada». Cabañas recordó que los españoles son claves para los campamentos de refugiados y que cualquier ataque al colectivo implicaría que «se acabaran estas visitas».