El lago del parque del Pilar se ha quedado sin animales desde hace más de un mes. El vaciado del lago, la denuncia ciudadana y el trabajo de la organización ASA Animalista han sido los elementos de una historia que ha terminado con la migración forzosa de estos animales desde la capital al refugio de animales La Abeja Guerrera, en Madrid. Allí permanecerán los patos, a menos que haya cambios en el parque del Pilar para dotar a los animales de infraestructuras que garanticen su bienestar.
La presidenta de ASA, Caridad Villajos, indicó que todo comenzó cuando se inició el vaciado del estanque. Allí habitaban 15 patos que habían sido abandonados por vecinos de la capital. «Los han abandonado igual que un perro o un gato», indicó Villajos, para la que los animales son responsabilidad del Consistorio. Al final, un grupo de la asociación decidió acudir al parque donde rescataron siete tortugas, que fueron llevadas al Chaparrillo, mientras que siete patos ya habían sido llevados al área de parques y jardines. Estos son los patos de los que se hace cargo ASA, desde la asociación indican que, de los otros ocho, seis fallecieron y dos fue imposible cogerlos.
Cinco de las aves fueron llevadas a una casa de acogida, a El Robledo, y otras dos se quedaron en el veterinario, «una con una fuerte infección y otra con toda la espalda sin plumas». Ante esta situación, desde ASA optaron por buscar santuarios o refugios hasta que uno aceptara. Se organizó el viaje y en coche llegaron los patos a Madrid, donde conviven con otros animales, desde gallos de peleas a gallinas ponedoras que han pasado su vida en jaulas, además de ovejas o cerdos.
Desde ASA apuntaron que no hay intención de que los patos regresen cuando vuelva el agua al lago del parque. Consideran que el Ayuntamiento se ha desatendido de ellos y en este tiempo la asociación ha tenido que pagar la alimentación. «No estamos dispuestos a devolver los patos para que estén en las mismas condiciones», indicaron, a la vez que señalaron que los animales que hay en parques de otros municipios de la provincia como Manzanares o Alcázar de San Juan cuentan con «un veterinario que los visita» o instalaciones propias donde tienen alimento y cobijo.
Por parte del Consistorio, la edil de Medio Ambiente, Mariana Boadella, indicó que fueron vecinos los que llevaron patos al lago del parque del Pilar y «no fue una actuación del Ayuntamiento». En este sentido, argumentó que no hay «necesidad de tener unas instalaciones para los animales» ya que no se trata de una decisión municipal el tenerlos. Pese a esto apuntó que el vaciado del lago es una actuación periódica ante la que se están buscando alternativas.