La mayoría se comete en el entorno familiar o cercano y casi siempre bajo amenaza. Nadie denuncia un primer episodio de abuso sexual por miedo a lo que pueda pensar de él o de ella y también por temor al agresor. Las víctimas sufren un daño que arrastran toda la vida, que menoscaba la integridad moral de la persona. Es un daño de por vida, aunque se genere de forma desigual, es decir, que algunas víctimas sean capaces de superarlo antes que otras. En cualquier caso, los abusos sexuales y las violaciones marcan de por vida como se evidencia en la sala de vistas de la Audiencia Provincial.

Este año, sobre todo en octubre y lo que va de noviembre, no ha habido semana en la Audiencia Provincial sin un juicio por abuso o agresión sexual. Los procesos judiciales señalados en el Alto Tribunal de Ciudad Real en lo que va de año son 62, 21  de índole sexual, lo que supone un 33,87 por ciento sobre el total. Si la estadística se ciñe a las vistas señaladas a partir de septiembre, el porcentaje de juicios relacionados con delitos de abusos y agresiones sexuales se dispara al 50%, es decir, de los 18 a celebrar, nueve eran por delitos contra la libertad sexual y contra la indemnidad sexual (menores).

Según datos facilitados a este diario por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, se han celebrado 14 juicios por abusos sexuales, estando pendiente el enjuiciamiento de los hechos que se le imputan a un excura del Seminario de Ciudad Real, que se enfrenta a una condena de 40 años por un delito de abusos sexuales en las personas de nueve menores que cursaban la ESO en la institución religiosa.

También se han juzgado a cuatro personas por agresión sexual, uno de estos casos fue el de un falso fisioterapeuta que abusó sexualmente de una mujer que acudió a su clínica por una fascitis plantar.

El procesado fue condenado a cinco años de prisión. Mayor fue la condena impuesta a un conocido psicólogo de Ciudad Real por abusar de tres menores en su clínica. Fue sentenciado a 21 años y seis meses de cárcel. La sentencia está recurrida.

Pero la pena de prisión más elevada es de 81 años y se impuso a un hombre de origen rumano por agredir sexualmente a sus hijas. La sentencia también ha sido recurrida.

La inmensa mayoría de los fallos han sido condenatorios, salvo en el último caso enjuiciado en la Audiencia Provincial hace unos días cuyo procesado ha sido absuelto. Se le acusaba de violar a una amiga en Porzuna y se enfrentaba a una condena de hasta 15 años de cárcel. El Tribunal que enjuició los hechos consideró que no quedó acreditada la agresión física ejercidos por el encausado hacia la joven con la finalidad de que esta mantuviera dichas relaciones sexuales, ni por tanto las palabras amenazantes que este dirigió a la víctima si denunciaba lo acaecido. Además, entiende que existen «serias dudas».

También fue absuelto un padre acusado de vejar y abusar de su hijo. La Audiencia Provincial apreció en este caso contradicciones y «ausencias probatorias importantes» y juzgó que no existían pruebas concluyentes para destruir la presunción de inocencia del procesado.

La primera condena de 2019 fue de cinco años de cárcel para un joven boliviano de 18 por abusar de su hermana de siete años. Abusaba de la niña cuando se quedaba a solas con ellas o mientras los padres dormían.

La mayoría de los jueces y fiscales coinciden en que no hay más abusos y/o agresiones sexuales, sino que se denuncia más porque las víctimas se encuentran más protegidas.

En el conjunto de Castilla-La Mancha se han cometido en el último año 73 agresiones sexuales, 54 con penetración. El número de víctimas de infracciones contra la libertad sexual han sido 489 y de ellas 433 fueron mujeres.