Con sabor desigual, agridulce. Así parece haberse cerrado la última edición de Tapearte que se ha desarrollado del 8 al 17 de octubre y que ha contado con la participación de 15 establecimientos que han puesto toda la carne en el asador para que todo saliera a pedir de boca. A pesar de ello, las sensaciones varían entre unos y otros locales en relación al balance que realizan.

«Ha sido un poco más flojo, ha contado con menos publicidad y la gente aún está algo reacia por el COVID», comentó a este diario Javier Fernández de Mera, de La Frasca, quien recordó que en ediciones anteriores eran muchos los participantes que les pedían estampar el sello del establecimiento en el folleto promocional para poder votar, lo que debido a la pandemia también ha pasado al plano virtual.

«Ha sido muy tranquila, se ha visto cierta rotación, pero menos», comentó María Ángeles Navarro, del Torremar, quien confesó que no sabría aventurar las razones de dicho descenso, también con menos participantes, frente a los 21 de 2020.

Tapearte deja un sabor desigualSin embargo, Jesús Serrano, del  El Trokanto, aseguró que esta edición «ha ido mejor de lo esperado» y que aunque todavía hay cierto temor a salir y acudir a establecimientos de hostelería por el coronavirus, han notado la presencia de personas que acudían al local para probar la delicia gastronómica preparada para la ocasión. «Eso es bueno y se han ido contentos», sentenció. También Diego Morales, de El Señor Pérez, manifestó que Tapearte le ha ido «muy bien» a su negocio, que quería darse a conocer. «Un éxito de afluencia de público y de gente que pedía la tapa», dijo.