«Máxima preocupación» por la cosecha de aceituna

M. Lillo
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El sector agrario señala también el fuerte impacto que están teniendo la subida del precio de la energía y materias primas

Recogida de la aceituna en una campaña anterior. - Foto: Rueda Villaverde

Cuando hay un mal año de producción para la vendimia, también lo es para la aceituna. Esta máxima que se repite en el campo generación tras generación va camino de cumplirse, de nuevo, si la situación, sobre todo meteorológica, no cambia en las próximas semanas. De hecho, el sector ya ve con la «máxima preocupación» el panorama ante la inminente campaña de recogida por la falta de lluvias que afecta a este cultivo. Así lo aseguró a este diario el gerente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Ciudad Real, Agustín Miranda, para quien aunque aún queda tiempo -la recogida de variedades tempranas suele comenzar a mediados o finales de noviembre-, «las cosas no pintan del todo bien» y ya se visualiza «una disminución de la producción», sin cuantificarla aún a la espera de si llueve o no.

La preocupación es compartida por las Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha. El responsable de su sectorial de aceite, Gregorio Gómez, aseveró a La Tribuna que «hay por todos sitios falta de agua y también preocupación». De hecho, la afectación en cuanto a la producción se puede notar «sobre todo en la provincia de Ciudad Real». No obstante, el sector aún no pierde la esperanza y estará muy atento a la evolución de la meteorología, con la confianza de que venga con lluvias que ayuden a paliar la escasez de recursos hídricos que sufre este cultivo.

Ni desde Asaja ni desde Cooperativas Agroalimentarias se atreven todavía a poner cifra al descenso que puede experimentar la cosecha, que en la campaña pasada se situó en la provincia de Ciudad Real en torno a las 53.000 toneladas de aceite de oliva, un 53 por ciento más que en la campaña pasada. Para Cooperativas Agroalimentarias una cita clave para pulsar la situación será la del día 25, cuando celebrará su sectorial y abordará el estado del cultivo en las distintas zonas productoras.

Lo que también tienen en cuenta ya los olivareros es la previsión que tienen en la vecina provincia de Jaén, la principal productora de España, y donde ya se hacen cuentas: allí se espera que la cosecha caiga un tercio por la falta de precipitaciones.

Por lo que respecta a Ciudad Real, de momento, las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no contemplan lluvias para los próximos días. «Podemos aguantar un poco tiempo, pero poco», comentó Gómez, haciendo referencia a que las próximas semanas serán determinantes para inclinar la balanza hacia una mayor o menor pérdida de cosecha. Con lo que está conforme actualmente el sector es con los precios, que se sitúan en una media de 3,249 euros el kilo en el aceite de oliva, roza los tres euros en el virgen y se sitúa en una media de 2,853 euros el kilo en el lampante. «Los precios ya los firmaba», comentó el representante de Cooperativas Agroalimentarias, quien confía en que se mantengan, ya que a menor producción, mayor expectativa de precios.

Los costes asfixian

Sin embargo, aunque los precios no sean malos, el problema se localiza en otro lugar de la cadena alimentaria: el alza de los costes de producción debido al incremento del precio de la energía, de la luz, y de otras materias primas, como el gasoil, el abono o los plásticos.

A esta cuestión también se refirió el gerente de Asaja Ciudad Real, quien aseguró que esas subidas golpean «de forma brutal» al sector agrario, hasta el punto de que están echando por tierra la rentabilidad de algunas explotaciones. Lo que se consigue por un lado, se pierde por otro, comentó. «Pedimos al Gobierno que proponga medidas que palien esta situación», instó Agustín Miranda a fin de salir de la «vorágine» de precios al alza que compromete el futuro de un sector tan importante para la provincia como el agrario, que también afronta -dijo- el incremento de «más de 30% por ciento» del Salario Mínimo Interprofesional en los últimos años. «Es una situación de incremento de la inflación que no veníamos en los últimos diez años», concluyó Miranda.