El ascenso de la paciencia

Eduardo Gómez
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La plantilla del Calvo Sotelo supo superar muchas dificultades y aislarse de lo extradeportivo para certificar su llegada a la Segunda RFEF

La plantilla del Calvo Sotelo, festejando el ascenso tras el partido con el Marchamalo. - Foto: Santos Jiménez (CSP)

El Calvo Sotelo Puertollano rubricó este domingo su ascenso a la Segunda RFEF. Un objetivo marcado al inicio de la temporada, pero que no ha sido nada fácil de conseguir y que supone su cuarto ascenso en seis campañas de vida como club. 

En realidad, el éxito comenzó a forjarse ya en la pasada campaña, cuando el equipo azul se encontraba en una magnífica dinámica para asaltar las posiciones de play off en el tercio final de competición, ése que no llegó a disputarse por la pandemia.

Darío siguió al frente de una plantilla que renovó a más de la mitad de su bloque y supo reforzarse con jugadores contrastados, como Domenech, Manolo Molina, Espinar, Luis Poblete o más tarde Pliego.

Los jugadores del Calvo Sotelo, festejando el ascenso.Los jugadores del Calvo Sotelo, festejando el ascenso. - Foto: Santos Jiménez (CSP)Sin embargo, la pandemia se cebó con el equipo puertollanero en los primeros meses de la temporada.

Los continuos aplazamientos impedían que el equipo adquiriese un ritmo mínimamente normal y parecía que no terminaba de arrancar. De tal forma que el periodo navideño, tradicionalmente dedicado al descanso, tenía que emplearse para recuperar encuentros. Aquí llegó un nuevo revés en forma de más aplazamientos con un equipo en entredicho, La Roda, de tal forma que ni el equipo se fue de vacaciones ni jugó partidos pendientes.

La paciencia de la directiva se colmó y el domingo 17 de enero ofrecía una rueda de prensa en la que incluso amenazaba con retirar al equipo de la competición, exigiendo a la Federación Territorial mayor control sobre la forma de actuar de determinados clubes.

Éste fue, seguramente, el punto de inflexión para el equipo, pues en cuanto tuvo continuidad, con varias semanas con dos partidos, sumó 10 victorias y dos empates para concluir segundo la liga regular del Subgrupo A.

Ya en la fase de ascenso y partiendo con una importante ventaja de puntos junto a Marchamalo y Atlético Albacete, el filial no pudo aguantar el ritmo, para alegría de gallardos e industriales, que festejaron su ascenso a segunda RFEF con una jornada de adelanto.  

   El ascenso es también el triunfo de un estilo muy definido, el que impone su técnico, Darío. Defensor del juego combinativo, presión alta y rápidas transiciones, el Calvo Sotelo se ha mostrado como un bloque con mucha personalidad, muy difícil de batir y con una tremenda pegada.

Aunque todo el colectivo ha sido el que ha brillado, merced a una tremenda competitividad interna, si hay que resaltar un nombre ése es el de Iván Limón. El delantero de Fuencaliente, que ya vivió otros ascensos a categorías inferiores, se ha destapado como un goleador determinante, con 10 tantos en la primera fase y tres más en la segunda.

Tampoco puede faltar en este análisis la afición. Aunque gran parte de la campaña ha tenido que disputarse a puerta cerrada, en aquellos partidos con público la hinchada industrial ha mostrado su hambre de fútbol y su amor a unos colores.

Sin ir más lejos, este domingo y con el ascenso ya logrado, cerca de 3.000 seguidores quisieron disfrutar en directo de este éxito.