Los actores Ernesto Caballero y María Adánez fueron los encargados de poner fin a los actos del centenario del Museo Nacional del Teatro, con una dramatización de teatro leído en el claustro de los antiguos Palacios Maestrales de Almagro. De pie, con sendos atriles como único apoyo escénico, lograron hacer reír a los invitados a esta ceremonia a partir de los textos de dos de los grandes cómicos de la dramaturgia hispana del siglo XX, Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura, bajo el título Eloísa está durmiendo en el museo.

El acto contó con una pequeña introducción a cargo de la directora-gerente del Museo, Beatriz Patiño, quien recordó la trayectoria de la institución desde que un 13 de noviembre de 1919, el Ministro de Instrucción Pública, que tenía las bellas artes entre su competencias, José del Prado y Palacios, «creó el Museo y Archivo Teatral, nombrando como director al entonces director del Teatro Real, Luis París».

Patiño reconoció que las colecciones que forman este museo fueron aumentando desde entonces mediante «las donaciones realizadas por «amigos, artistas, escenógrafos, pintores, figurinistas, coleccionistas».

Patiño recordó algunas anécdotas del museo como la donación de su propio corazón que realizó el tenor italiano Giuseppe Anselmi, que quería que una vez fallecido su órgano vital descansase junto al busto del cantante de ópera navarro Julián Gayarre, realizado por Mariano Benlliure.

La directora gerente subrayó las líneas para el futuro cuando mencionó «el incremento significativo de visitantes, la adquisición de las caballerizas de los Palacios Maestrales para su adaptación como depósito de los Bienes de Interés Cultural, que atesora el Museo» y el trabajo del personal de la institución.

En este sentido, en una posterior conversación con La Tribuna, Beatriz Patiño reconoció que aunque las obras de ampliación se destinarán a depósitos, el objetivo a largo plazo es aumentar los metros cuadrados de exposición, aunque de momento desconoce en qué momento podrán comenzar los trabajos en las antiguas caballerizas calatravas.

En esas mismas declaraciones, la directora reconoció que este centenario ha servido para estrechar lazos con otras instituciones, lo que dará lugar a proyectos comunes.

La documentalista del Museo Esmeralda Serrano asumió a su vez la presentación del libro Cien años de miradas teatrales (1919-2019), una publicación conmemorativa de este centenario.

Serrano explicó que esta obra recoge los rostros «de las personas que han hecho posible el desarrollo de nuestras artes escénicas desde el siglo XIX hasta hoy», para lo que tras un año de selección en el archivo fotográfico (cuanta con más de 25.000 imágenes), se agruparon inicialmente en tres secciones, teatro, música y danza, para mostrar a «los verdaderos protagonistas de la historia del teatro en nuestro país».

Al finalizar la lectura dramatizada, la actriz María Adánez reconoció la emoción que le produce estar en el Museo Nacional del Teatro «y también la responsabilidad que conlleva estar aquí».

A su vez, Caballero, consideró que el visitar las plantas del Museo sirve para constatar que «España es una potencia teatral desde el siglo XV hasta nuestros días», por lo que considera que lo más representativo de sus colecciones no es una pieza concreta, sino el recorrido que hace por todas esas etapas.