Alarcos, en pie de guerra

Nieves Sánchez
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Un centenar de personas recrean, 820 años después, la batalla de Alarcos, clave en el desarrollo de la Reconquista española • Decenas de móviles inmortalizan la victoria de las tropas almohades sobre los cristianos de Alfonso VIII

Batalla de Alarcos entre Cristianos y Almohades Foto: /Fotos RUEDA VILLAVERDE

El final está cantado por la historia. El imperio Almohade, encabezado por los hombres del califa Yusuf II, acaba venciendo a las tropas del rey de Castilla, Alfonso VIII, un día tal y como el de ayer de 1195, en la famosa batalla de Alarcos, crucial en el desarrollo de la Reconquista española. Un centenar de recreacionistas de distintas asociaciones culturales y de recuperación histórica prodecentes de Andalucía, Madrid y Valencia insuflaron vida a los personajes que protagonizaron la historia de esta tierra hace 820 años, para contar a las decenas de personas que se acercaron al lugar cómo se produjo la gesta que acabó con la conquista de la antigua Al-Arak por parte de la media luna.
Media hora antes de la batalla, prevista para las 11 horas, el califa Yusuf II reposaba tranquilo en un banco de madera rodeado de fieles. «En terrritorio español perdemos casi todas las batallas, así que a la de hoy vamos animados porque es una de las más importantes y además sabemos que la vamos a ganar», dice sonriente el califa, o mejor Juan Panizo, la persona que le da vida y que además es vicepresidente de la Asociación Batelón. Su personaje es el triunfador del día y aunque en el campo de batalla no hay amistades que valgan, de momento hay buenas palabras hacia el contrincante. Cuenta que llevan dos meses ensayando la escena y algunos más organizando la recreación, en colaboración con los ayuntamientos de Poblete y Ciudad Real.
«Somos gente a la que nos gusta la historia, pero una cosa es estudiarla y otra recrearla y ponerte la cota de malla que pesa veinte kilos y con la que no puedes hacer casi los movimientos que se leen en los libros. Es la manera de saber en qué condiciones lucharon», explica con el escudo en mano.
A excasos metros de él, al otro lado del campamento, el rey Alfonso VIII se viste con ayuda de uno de sus hombres. «Me estoy preparando para un derrota con todas las de la ley. Lo único bueno de hoy es que viendo la que se avecina el rey de Castilla huye», cuenta Joaquín Ballestero, un madrileño que lleva tienpo intentando recrear esta batalla.
A su alrededor, hombres y mujeres se afanan en sus distintos oficios. Quedan pocos minutos para la lucha y cada personaje muestra a los visitantes cómo se vivía en el campamento. Unos niños juegan al ajedrez, mientras las mujeres tejen o van preparando el agua para las bocas sedientas que regresarán después de la gesta. Olivier Alvárez, de la asociación Almogavares de Queixén, trabaja en un telar de tablillas. «Hoy no me toca batallar, estoy de baja y he mandado a mi hijo», dice señalando a un joven corpulento del bando de los almohades. «Nos vendemos al mejor postor, hoy faltaban musulmanes para la batalla y con ellos estamos», afirma riendo.
Se escucha ruido de tambores a lo lejos. Los dos bandos se organizan y comienzan a caminar hacia el campo de batalla, a las faldas del castillo de Alarcos. El sol ajusticia los rostros de los protagonistas. Se escucha latín, y al grito de «¡Por el rey, por Cristo, por Santiago y por Castilla!» empieza una batalla que se sabe cómo acabará. Con todo, los cristianos pelean hasta la rendición de su rey y la victoria de la media luna, inmortalizada por decenas de teléfonos móviles.

Batalla de Alarcos entre Cristianos y Almohades - Foto: /Fotos RUEDA VILLAVERDE
Batalla de Alarcos entre Cristianos y Almohades - Foto: /Fotos RUEDA VILLAVERDE
Batalla de Alarcos entre Cristianos y Almohades - Foto: /Fotos RUEDA VILLAVERDE
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