Los buitres no atacan al ganado vivo y sano

Efe
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Varios científicos aseguran en una carta en la revista Nature Sustainability que los buitres "no atacan al ganado vivo y sano como se lee en algunas noticias".

Los buitres no atacan al ganado vivo y sano Foto: Rueda Villaverde

Los científicos Antoni Margalida, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC, UCLM, JCCM), y José Antonio Donázar, de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), han asegurado que los buitres "no atacan al ganado vivo y sano como se lee en algunas noticias".

En una carta publicada en la revista Nature Sustainability, sostienen que los supuestos ataques de buitres a ganado vivo se han convertido en un imán para 'fake news' que contribuyen a que la gente perciba a los buitres como especies indeseables, generando una alarma social y un conflicto medioambiental "injustificados que ponen en riesgo su conservación".

Como aves necrófagas, recuerdan en esta carta enviada al editor de esta revista, los buitres siempre han proporcionado a los ganaderos y a la sociedad en general un servicio gratuito de enorme valor ecológico y sanitario, ya que su función es la de "limpiar" los ecosistemas de animales muertos que, de otra manera, se convertirían en residuos y fuente de enfermedades.

Sin embargo, esta antigua alianza se encuentra seriamente amenazada por una creciente alarma social y conflicto medioambiental que provocan que la gente perciba a los buitres como especies indeseables.

La atribución de ataques a ganado vivo por parte de los buitres se asocia a una de las cuatro especies de aves carroñeras que viven en Europa, el buitre leonado, cuyas poblaciones europeas se concentran fundamentalmente en España y Francia.

En su opinión, se trata de una situación "tristemente derivada de malas interpretaciones y del mal uso generalizado del tema por parte de los medios de comunicación, a pesar de que en la literatura científica no existe ni un solo caso documentado de buitres que maten ganado sano".

La mayor parte de las noticias generadas al respecto "no solo suelen ir acompañadas de un titular sensacionalista, sino que además suelen carecer por completo de rigor científico".

En su carta, detallan que para hacerse una idea de la magnitud de la polémica, una búsqueda en Google con los términos "ataque buitres ganado" arrojó un total 59 noticias en medios españoles y franceses solo en 2019.

En la mayoría de estas noticias, los buitres fueron presentados como animales que han cambiado su comportamiento movidos por el hambre, convirtiéndose en depredadores que atacan a animales vivos como ovejas, vacas y caballos, e incluso a perros y humanos, para subsistir.

El principal argumento esgrimido para justificar los ataques de buitres a ganado vivo deriva de la supuesta escasez de alimento a la que fueron sometidas las aves carroñeras a raíz de las políticas sanitarias derivadas de la aparición de la popularmente conocida como enfermedad de las vacas locas entre los años 2006 y 2011.

Sin embargo, la escasez de alimentos resulta ser una explicación poco sólida para justificar estos ataques, ya que la población de buitre leonado ha seguido aumentando entre los años 2008 y 2018.

Además, las denuncias por supuestos ataques no desaparecieron ni siquiera después de que se introdujeran regulaciones sanitarias más permisivas a partir de 2012.

Todo apunta a que los efectos secundarios de la desinformación y la percepción negativa por parte de los ganaderos están jugando un papel importante en el conflicto actual, hasta el punto de que las manifestaciones de los ganaderos contra grandes carnívoros como el oso y el lobo han empezado a incluir al buitre leonado.

El conflicto entre buitres y ganado hace que esta circunstancia sea aprovechada por algunos para intentar acabar con los buitres mediante el uso ilegal de venenos.

Los científicos aseguran que no parece importar que más del 70 % de las denuncias que se presentan por supuestos ataques de buitres a ganado vivo son rechazadas por las administraciones competentes por tratarse de casos post mortem (el animal presuntamente atacado ya estaba muerto cuando los buitres empezaron a consumirlo), o que en el 90 % de las denuncias que se investigan, un veterinario forense descarta a los buitres como causantes de la muerte o cualquier tipo de lesiones al ganado presuntamente atacado.

En realidad, el número real de casos en los que se detecta la ingesta de un animal aún vivo por parte de los buitres, casos que siempre se asocian a animales no supervisados con un diagnóstico vital muy desfavorable, es extremadamente bajo, y los buitres nunca son identificados como la causa primaria de su muerte.

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