La CHG alerta de la peligrosidad de los incendios de turbas

Efe
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El presidente de la CHG, Samuel Moraleda, alerta de la peligrosidad de los incendios de turbas para las seguridad de las personas, por lo que pide extremar las medidas de precaución a la hora de transitar por estos entornos

La CHG alerta de la peligrosidad de los incendios de turbas Foto: /Fotos: Rueda Villaverde

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Samuel Moraleda, ha alertado este martes de la peligrosidad que tienen los incendios de turbas para la seguridad de las personas y ha pedido extremar las medidas de precaución a la hora de transitar por estos entornos. Moraleda, en declaraciones a Efe, ha comentado que la guardería fluvial tiene controlado en este momento varios focos de incendios de turbas activos en el cauce del río Guadiana, donde hace unos días se detectó las presencia las primeras fumarolas que indicaban que las turbas del río habían entrado de nuevo en autocombustión. El presidente de la CHG ha recordado la peligrosidad que tienen las turbas en combustión, por la elevada temperatura que alcanzan y que podría causar graves quemaduras si se entra en contacto con ellas. Por ello, ha recordado que el organismo de cuenca tiene instalados, desde hace décadas, carteles informativos en distintas zonas del cauce del río advirtiendo de estos riesgos. Moraleda ha apuntado que los incendios de turbas se vienen registrando desde hace cerca de 40 años en el río Guadiana como consecuencia de la falta de agua en el cauce del río y el descenso del acuífero subterráneo que debía mantener humedecido el terreno. El presidente de la CHG ha advertido de que en esta zona en 2011 el nivel freático alcanzó su máximo nivel, hasta volver a manar en algunos puntos los conocidos Ojos del Guadiana, si bien desde el año 2015 se ha producido un nuevo descenso de agua que cada está siendo más acusado. Moraleda ha comentado que los incendios se localizan a más de diez kilómetros del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, aguas arriba del molino hidráulico de Zuacorta, por lo que, de momento, no existe riesgo para este espacio protegido. Además, ha señalado que los niveles de inundación que ha registrado el parque en los últimos meses, con casi 450 hectáreas inundadas, y la situación actual de inundación de la Madre Chica del río Guadiana, hacen pensar que los incendios no afectarán, de momento, al parque nacional. En cualquier caso, ha recordado que si en el futuro el parque nacional se pudiera ver afectado por un nuevo incendio de turbas se podría activar la batería de pozos construida en su momento con el fin de garantizar la humedad de las turbas y evitar un suceso similar al que ya se vivió en 2009. Moraleda ha recordado que la falta de humedad de las turbas provoca que la materia orgánica que la componen sufra un proceso de contracción, que origina profundas grietas en el terreno por donde el aire penetra hasta oxidar la materia que acaba entrando en autocombustión y, por lo tanto, arde. El proceso de autocombustión de las turbas da lugar a la formación de 'grandes braseros' en los que la tierra arde por debajo del terreno, llegando a alcanzarse altas temperaturas que, en algunos casos, supera los 220 grados centígrados.

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