Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


La conjugación china

04/11/2021

Lo más característico de los gurús de la fe climática que se han presentado en Glasgow, en la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático, en la enésima oportunidad para asumir compromisos serios en la lucha contra el calentamiento global, es que si pudiéramos ahorrarnos la cantidad de litros de combustibles fósiles  anuales consumidos por todos ellos, sin necesidad de contar con el que han empleado solo para desplazarse a Glasgow, tanto el oso ártico como el somorgujo lavanco gozarían de esa felicidad complaciente que otorga el conocimiento pleno de que tu especie va a durar unos años más.
Y mientras, China emite más gases causantes del efecto invernadero que todos los países desarrollados juntos, según un estudio de Rhodium Group, lo que supone multiplicar por cuatro su contribución al calentamiento global en tres décadas, ya que en 1990 apenas suponía un 25% frente al resto de países desarrollados. Según este informe, las emisiones de China de los seis gases declarados de efecto invernadero en el protocolo de Kioto, entre los que se incluyen el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, aumentaron a 14.090 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2019, superando el total de los países miembros de la OCDE en unos 30 millones de toneladas, lo que demuestra claramente desde dónde se promueve el mito sectario antiglobalización, que concibe al capitalismo como un monstruo y a la Agenda 2030 como una comunidad de hermanitas de la caridad, que vienen a garantizar la salvación de la humanidad.
De hecho, en chino mandarín, idioma que domino, el presente de indicativo del verbo contaminar, tomándome todas las licencias gramaticales y lingüísticas que me apetezcan, se conjugaría más o menos como que, yo contamino, tú no contaminas, él no contamina, nosotros contaminamos, vosotros no contamináis, ellos no contaminan. Lo que unido a la conjugación de empobrecerse como intransitivo en la lengua de Xi Jinping suena algo así como que, yo me enriquezco, tú te empobreces, él se empobrece, nosotros nos enriquecemos, vosotros os empobrecéis, ellos se empobrecen. Y esto dicho a riesgo de ser anatemizado, condenado moralmente, excomulgado por la nueva autoridad competente de la eclesiástica Agenda. Ya me veo con el cachirulo puesto en auto de fe, obligado a escribir mil veces en chino en el recibo de la luz: 'Soy un hereje, lo demuestro con mi conducta'.
Y que a nadie se le ocurra formular cualquier planteamiento serio que intentara superar un mínimo análisis de la razón, el estudio riguroso y la constatación de la comunidad científica independiente, no subvencionada, sobre eso que denominamos el cambio climático y su supuesta antropogénesis. Que nadie enfoque esto desde una perspectiva científica, desdeñando el dogmatismo y la ideología política.
 Yo me enriquezco, tú te empobreces.