Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


«No hay santo sin pasado ni pecador sin futuro»

09/04/2021

Este próximo domingo, el segundo de pascua, ocho días después de la resurrección de Jesús, es de la Divina Misericordia. Así lo quiso san Juan Pablo II. El origen está en santa Faustina Kowalska que en su diario, titulado, La divina misericordia en mi alma, dice: «Y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a mi misericordia» (Diario, 723). Y, últimamente, el papa Francisco en el año 2016, al concluir el Año de la misericordia: “La misericordia cambia el mundo, hace al mundo menos frío y más justo. El rostro de Dios es el rostro de la misericordia, que siempre tiene paciencia. Dios nunca se cansa de perdonarnos. El problema es que nosotros nos cansamos de pedirle perdón. ¡No nos cansemos nunca! Él es el padre amoroso que siempre perdona, que tiene misericordia con todos nosotros».
Nuestro mundo está alejado del pecado, no por santidad, sino porque está también alejado de Dios. Sin tremendismos, sin escrúpulos. En vez de buscar la humildad y reconocer la debilidad, preferimos pensar que el pecado no existe. Quitarle entidad, también gravedad. El pecado existe, pero puede ser perdonado. ¿Quién no está necesitado de perdón? ¿Quién de entre nosotros no necesita perdonar y ser perdonado? 
«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más». El evangelio es el de la misericordia y, precisamente por eso, el de la esperanza porque no hay santo sin pasado ni pecador sin futuro. El pecado existe, pero también el perdón: de Dios y de los demás. Un buen cristiano es el que perdona, es perdonado, ama y es amado.